Casi la mitad de la población centroamericana vive en la zona rural y el 69 por ciento de esta lo hace en pobreza, frente al 33 por ciento de los habitantes que sobreviven en esa condición en la zona urbana. Para sacar de esa “amarga” realidad a millones de centroamericanos el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) propone a los gobiernos invertir en los próximos diez años entre 2.22 y 9.79 por ciento de su Producto Interno Bruto en cinco áreas clave en el campo.
El estudio que realizó país por país recoge acciones concretas para acabar con la pobreza y la desigualdad según la realidad económica y social de cada nación. “Se requiere impulsar un lenguaje de desarrollo que valore el mundo rural, más allá de la sobrexplotación de los recursos naturales, para hacer de los territorios rurales espacios donde los Estados construyan condiciones para el bienestar y la equidad”, afirma el Icefi en su investigación.
El organismo plantea que es urgente asentar las bases para un desarrollo rural regional integral, puesto que “las condiciones de empleo y la retribución por el trabajo están siendo insuficientes para el bienestar de los hogares” rurales.
Pero, ¿a cuánto asciende la inversión que requiere Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua? Según el estudio Bases para el desarrollo rural en Centroamérica, elaborado por el Icefi con el apoyo del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), en Guatemala se requiere que en 2016 se invierta un poco más de 1,500 millones de dólares y para el 2025 este monto se haya elevado a cerca de 8,000 millones de dólares.
Para obtener esos ingresos el Icefi propone que en Guatemala se aumente la carga impositiva en algunos impuestos, reducción de exoneraciones, reducción de la evasión fiscal, mayor cooperación internacional y endeudamiento público, entre otros. En este país el 51.5 por ciento de la población (15.8 millones de personas) vive fuera del área urbana. El 76.1 por ciento sobrevive en pobreza, según el estudio.
EL SALVADOR
Pese a ser uno de los países con mayor densidad poblacional del istmo, El Salvador tiene el 37.7 por ciento de su población (6.4 millones) en la zona rural, donde solo el 10.9 por ciento vivía en pobreza. Si bien, según la investigación, desde el 2000 la tasa de pobreza en El Salvador ha caído gradualmente entre 2013 y 2014 esta experimentó una ligera subida.
De ahí el Icefi sugiere invertir a partir de 2016 unos 800 millones de dólares en programas para la zona rural hasta alcanzar en 2015 unos 2,500 millones de dólares. Además de aumentar la carga impositiva en algunos impuestos se propone hacer reformas en las adquisiciones y contrataciones, reducción de privilegios fiscales, focalización de los subsidios, aumentar la cooperación internacional, el endeudamiento público y fortalecimiento de la administración tributaria.
HONDURAS
Un empuje similar de inversión requiere Honduras, donde hasta 2014 8.3 millones de personas (47 por ciento del total de la población) pertenecía a la zona rural. De ese total, el 70.6 por ciento de los hondureños vivía en pobreza. Pero más alarmante aún, según el Icefi, es que el 57.5 por ciento de los que están en el campo están en pobreza extrema. “En otras palabras, más de la mitad de la población rural no tiene la capacidad de cubrir siquiera el costo del consumo mínimo de alimentos”.
Para transformar esa realidad el Icefi sugiere que en 2016 se invierta un poco más de 500 millones de dólares, el que se elevará gradualmente hasta alcanzar en 2025 alrededor 2,500 millones de dólares.
REALIDAD NICA
En Nicaragua hasta el 2014, según el Icefi, el 42 por ciento de la población (6.2 millones de personas) residía en la zona rural, donde el 50.1 por ciento sobrevivía en pobreza.
En el 2016 se deben invertir cerca de 500 millones de dólares en programas y proyectos en el campo y para el 2025 se debería elevar la inversión a alrededor de 2,300 millones de dólares, según la investigación del organismo.
Al igual que el resto de la región, el Icefi recomienda reducir las exoneraciones, focalizar mejor los impuestos, buscar cooperación internacional y crédito externo, entre otros.