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Augusto Mejia, musico y empresario nicaraguense. Managua 21 de junio de 2016. FOTO LA PRENSA/Lissa Villagra

Augusto Mejia, musico y empresario nicaraguense. Managua 21 de junio de 2016. FOTO LA PRENSA/Lissa Villagra

Augusto Mejía: “No tengo que repetir la vida de nadie”

Augusto Mejía, cantautor nicaragüense, conversó con Revista Domingo sobre política, la polémica que se ha desatado entorno a su marca de ropa Jincho y mucho más.

Augusto Mejía dice que la política actual no ofrece nada que le interese. Al contrario, cuenta que hace su aporte al país por medio de la música de la banda La Cuneta Son Machín y de su tienda de ropa Jincho. El cantautor considera que, de igual forma, se tiene que respetar a los jóvenes que se declaran apáticos porque eso también es democracia. En esta entrevista Mejía habla también sobre la polémica en torno a su marca de ropa Jincho, que muchos consideran que altera el significado de lo que originalmente quiere decir esa palabra y el objetivo que busca con usarla. La Cuneta Son Machín acaba de regresar de una gira en Europa y de eso empieza a hablar Mejía en esta entrevista con Domingo.

¿Cuál diría que es el secreto del éxito de La Cuneta Son Machín?
Honestamente yo no puedo hablarte de éxito porque sería probablemente muy arrogante asumir que nosotros tenemos éxito y otro no. Yo le llamo logros, más bien. Creo que los pocos, pero importantes logros que hemos alcanzado como proyecto musical se deben a varios elementos y posiblemente el más importante es el trabajo con constancia y disciplina. Yo creo que en Nicaragua tenemos la tendencia a desanimarnos a mitad de camino o perder las ganas. Lo más importante que hemos hecho nosotros como banda es mantenernos enfocados y creer que lo que hacemos tiene un valor.

¿Ustedes en todo este camino no se han desanimado?
No. En realidad no. Hemos tenido momentos difíciles en los que nos ha tocado encontrar soluciones y probablemente en un momento preocupaciones, pero no hemos permitido que eso nos haga creer que lo que hacemos es imposible. Yo creo que lo más importante muchas veces es que al primero que hace algo es al que le tocan las mayores dificultades y La Cuneta está siendo punta de lanza de muchas cosas, por ejemplo esta gira a Europa, y eso creo que termina inspirando a otros músicos y haciéndoles entender que sí es posible alcanzar cosas.

¿Cómo le va con este proyecto de la tienda Jincho?
Bien, bien. Es complicado tener una marca nacional de camisetas. Es bien difícil.

¿Difícil en qué sentido?
Es difícil encontrar esa llave que te permita que mucha gente quiera comprar una camiseta nacional igual que compraría una extranjera, que sepan que tiene igual valor. Es difícil que la gente entienda que porque un producto es nacional no tiene que ser barato o regalado porque se van a una tienda extranjera y pagan 800 córdobas por una camiseta y si te dicen que una camiseta nacional vale 300 córdobas dicen que es muy cara, pero es porque tenemos metido en la cabeza que lo nacional es muy caro o es de mala calidad o no se merece pagar ese precio. Nos dejamos llevar por el mercadeo de otras marcas. El otro tema difícil es tratar de encontrar procesos de producción que te permitan tener una calidad homogénea en el producto. Eso lleva muchos años, prueba y error. Yo estoy contento porque después de tres años encontramos una línea de producción en la que yo y otros socios nos sentimos muy orgullosos.

¿Esta tienda es un proyecto complementario al grupo musical?
Son dos cosas aparte. Esto de Jincho lo empecé yo al inicio de La Cuneta Son Machín porque siempre quise tener una marca de camisetas. Siempre quise tener un producto que los chavalos pudieran usar en las fiestas, en las universidades, en las calles o en sus trabajos y que así como ellos pueden llevar una frase en inglés, puedan llevar algo con lo que están conectados.

¿Por qué se llama Jincho?
Porque me gusta y porque siempre me ha parecido una palabra que representa valores muy negativos, pues. Yo soy una persona que siente mucho rechazo al tema del clasismo. Ver a la gente de estratos sociales bajos o de etnias de manera negativa o inferiorizarlos. Eso siempre me ha parecido una cosa muy terrible y jincho es una palabra que se ha usado por mucho tiempo para denigrar a la gente que tiene ciertos hábitos o costumbres. Vos le llamás indio a alguien de manera despectiva. Yo creí que era una muy buena oportunidad para darle vuelta a la palabra y empezar a asociarla con todas aquellas cosas que nos hacen especiales y únicos como país. Creo que en realidad lo he logrado, mucha gente ha empezado a entender que ser nicaragüense o tener ciertas características o peculiaridades es algo que tiene mucho valor, a diferencia de lo que pensábamos hace mucho tiempo, cuando intentábamos parecer extranjeros.

Y sobre eso gira la polémica que hemos visto en redes sociales, porque ahora la gente dice que el público meta de su tienda es de clase alta.
Te lo voy a decir así: eso es tan tonto como creer que las computadoras Apple son para vendérselas a manzanas. Yo no termino de entender esa percepción. Si quisieras vender productos a gente de escasos recursos nunca podrías desarrollar una empresa, porque de alguna manera es inevitable que hay gente de escasos recursos. Es como querer tener una fritanga y vender a 20 pesos, nunca vas a crecer. Que sea fritanga no significa que la vas a vender a 15 o 20 pesos, la podés vender a 100 pesos porque es una fritanga de calidad y sigue siendo comida popular. Esa visión de por qué se llama Jincho y tiene que ser un producto barato me parece una visión bien reduccionista. Yo creo que aquí lo más importante es reconocer que aquí existe un terrible Güegüense en el nicaragüense que consiste siempre en encontrarle los peros, el error o las críticas a algo que está creciendo. Si fuéramos una marca pequeñita que está empezando con 200 camisetas seguramente no nos tomarían en cuenta ni hablarían de eso, pero como ven que es una empresa que está creciendo, inevitablemente el nicaragüense tiende a criticar porque le cuesta creer que una cosa pueda crecer.

Más allá de eso, la gente que critica la marca dice que la palabra se está alterando y ahora los que se sienten identificados como jinchos son aquellos con grandes recursos económicos, que no encajan dentro de lo que originalmente eso significa.
Si fuese así no hay problema. No es cierto, pero tampoco eso es un problema. Entonces nos aferramos a la idea de que lo jincho es malo y entonces lo indio hay que tenerlo siempre como algo a lo que denigrás con el lenguaje. No entiendo yo eso.

¿Qué piensa usted cuando lee ese tipo de comentarios?
Que somos un país que carga con la gran condena de que el nicaragüense siempre va a ser lo posible para que sus proyectos personales no crezcan. Y olvidate de Jincho, esto pasa con la música nacional, con los proyectos nacionales, pasa con todo. Tenemos una tendencia natural a criticar lo nacional porque consideramos que es negativo, es malo e incluso es indio. Es hora de empezar a ver las cosas diferente y si tanta gente compra nuestras camisetas es porque no toda Nicaragua piensa de la misma manera.

¿Le da miedo que estos comentarios negativos afecten las ventas de tu tienda?
(Pausa) Pues eso se llama libertad de expresión y si eso llegara a pasar es inevitable.

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Augusto Mejia, músico y empresario nicaraguense. LA PRENSA/Lissa Villagra

 

Aclaración
Durante la entrevista con Augusto Mejía se realizaron preguntas sobre su visión de los sistemas unipartidistas y de la permanencia de Daniel Ortega en el poder; sin embargo, el entrevistado solicitó, después de terminar la grabación, que se removieran esos cuestionamientos del texto, pues explicó que no era un tema al que quería referirse.

Otro de los temas que también ha causado polémica es el asunto político, la gente dice que los artistas hoy en día no se están metiendo en asuntos políticos, que más bien se dedican a sus cosas y el resto no les interesa, usted particularmente ¿qué piensa de esas expresiones?
Pienso que muchos estamos, de alguna manera, decepcionados y desinteresados de los procesos políticos, de las ideologías, de todo lo que tiene que ver con el sistema político. Y muchos estamos experimentando que hay otras formas de transformar un país, no solamente a través de la política, sino por ejemplo de tu profesión, de tu arte o de tu comportamiento cotidiano y qué tipo de persona sos, podés estar generando cambios en una sociedad. Yo personalmente ya no siento la necesidad de alinearme a un proceso político porque no sé, pienso en otras cosas, creo en otras cosas y lo más interesante de esto es que la gente que critica a los artistas al final se están comportando de la forma en que ellos consideran que otra persona no debería comportarse. Porque si hablamos de respeto y equidad, el respeto empieza por permitirle al otro hacer lo que quiera hacer. Si un músico quiere dedicarse a su carrera musical, vos que sos una persona que propone un respeto y una equidad en una sociedad deberías respetar esa decisión y no presionar a que se comporte de la manera en que vos querés que se comporte.

¿Usted ha sentido esa presión?
Presión no porque en realidad no le pongo mente y cada quien que opine lo que quiera. Estoy claro de lo que siento, de lo que quiero y estoy muy claro de los aportes que le estoy dando a Nicaragua desde la música y no necesito demostrarle a grupos políticos o intelectuales que debo meterme a grupos políticos para cambiar este país. Como te digo, respeto lo que piensan, pero estoy claro qué es lo que quiero hacer con mi vida. Y creo que desde la música estamos logrando cosas maravillosas con los jóvenes en Nicaragua y estamos logrando conectar con valores que tienen que ver con la autoestima. A veces pensamos en cambiar la política del país, pero nos olvidamos de transformar la autoestima, quiénes somos y por qué somos. La música es un canal para generar esa conexión entre los individuos y la tierra. Eso va más allá de tu ideología y es inherente a cada persona. Es como el orgullo que podés sentir por tus papás. Ese orgullo que sentís de haber salido de ese vientre, no por política, sino porque esa es la conexión inmediata que tenés con la vida. Creo que los individuos somos más fuertes, más capaces, cuando nos sentimos orgullosos de en qué país vivimos, de por qué hablamos como hablamos, por qué nos comportamos así y por qué somos especiales y diferentes de cada país.

Hace tres años estuvo tocando en este evento de OcupaINSS, desde ese momento no se te volvió a ver, ¿desde ahí empezó a cambiar su perspectiva de la política?
Si querés hablar de eso te voy a comentar algo bien interesante. Cuando empezó el problema y había los pequeños, llamémosle, líderes que estaban organizando esto, yo fui de las primeras personas que me uní, compré agua, productos para que la gente tuviera comida. Y mucha gente que no sabía me empezó a criticar en redes sociales que por qué no hacía nada. Entonces te das cuenta que la gente ni siquiera es consecuente y ni se informa, ni siquiera quiere profundizar sobre estas cosas. Muchas veces, supongo que en la desesperación, empieza a usar redes sociales para criticar y eso muchas veces genera rechazo porque no quieren incluirte, sino que lo que quieren es que vos sintás que estás equivocado y que tu lugar es estar con ellos. Y ese es uno de los grandes problemas de los movimientos políticos de Nicaragua. Son tan agresivos que no generan empatía con la gente. Pasan mucho tiempo criticando a la gente que no hace, dice o actúa como ellos, en vez de ser propositivos. En vez de generar un ambiente donde vos vas a sentir que lo que vos sos va a aportar en vez, de que sintás que tenés que alinearte a ciertos comportamientos, a ciertas formas de pensar para ser parte de un movimiento político. Y yo participé porque Momotombo, creo que fue Momotombo, y tocamos un grupo de músicos, consideramos que más allá de la política, de los movimientos políticos y del valor político que tenía el evento, había gente que necesitaba un poco de apoyo. Participamos, más que para alinearnos con esa visión política, para llevar un poco de alegría a la gente que tenía muchos días ahí y que probablemente si llevábamos un poco más de música se van a sentir más alegres ahí y que es lo mismo que si vamos a tocar a un orfanato o a “La Mascota” o si vamos a tocar a un barrio si nos invitan a tocar por un movimiento juvenil. Igual lo vamos a hacer aunque eso no tenga una inclinación política. La música, como te digo, puede servir para cosas muy positivas.

¿A usted le preocupa el rumbo que lleva el país?
Sí me preocupa, pero después de tantos años y después de conocer la historia de Nicaragua, me preocupa más la falta de visión que hay respecto a si no hay algo que te gusta en la política, qué vas a hacer. Te das cuenta que las posturas más inmediatas son tan viscerales, tan agresivas que a mí me cuesta cada vez más entrar en esas dinámicas. Digamos, si no te parece lo que hace Daniel (Ortega) o la Chayo (Rosario Murillo) empezás a tomar posturas tan viscerales que te das cuenta que se pierde el contenido, se pierde realmente lo que querés hacer. Te voy a poner un ejemplo y si lo pudieses poner sería bueno. En redes sociales se acaba de dar el problema este del músico (Josué) Monroy que hizo un comentario machista y te das cuenta que las posturas contra él no son para tratar de mejorar nuestra nación, de erradicar el machismo, sino agresivas. Le pusieron mantas en su concierto que al final las luchas pues, las luchas de cada quien yo las respeto, pero no tengo por qué sentirme parte de eso si hay agresividad. Porque yo no me meto con nadie, puedo respetar que cada quien haga sus luchas como quiera, pero yo no siento que voy a formar parte de eso porque yo no puedo. Prefiero equivocarme en buscar una postura más propositiva y proactiva que entrar en dinámicas que me obliguen de alguna manera a reciclar la violencia que está inherente en el nicaragüense. A veces siento como que quisiéramos volver a la guerra. Que hay gente que ya habla de fusiles y no sabe lo terrible que es la guerra. Simplemente suena que sos rebelde si hablás de esas cosas en un lenguaje muy superficial.

Porque hay gente que también piensa que usted, que es hijo de Carlos Mejía, debería también cantar música contestataria o crítica al régimen.
Entiendo que piensen eso. Que quisieran que las cosas fueran así, pero lo único que me están diciendo es que yo pierda mi identidad y me comporte como se comportó mi papá. Vuelvo a lo mismo: ¿realmente buscamos libertad y respeto y realmente la propuesta que tenemos es que cada quien crea en lo que quiere y que luche por Nicaragua desde su postura? ¿O queremos que la gente se alinee a lo que yo pienso y si no está ahí son personas equivocadas? No tengo por qué hacer lo que hizo mi papá. Él es una persona maravillosa e inteligente y una de las cosas que más me inculcó desde niño es que yo crea en mí mismo. No tengo por qué repetir la vida de nadie. Creo más en mi lucha en otra dirección.

Hay una encuesta que se publicó recientemente que mencionaba que los jóvenes sienten apatía por los temas políticos y eso al final provoca que los regímenes autoritarios hagan lo que quieran si nadie los está criticando.
Preguntémonos qué es democracia. Si la mayoría de los jóvenes sienten apatía, democracia es respetar que los jóvenes sean apáticos y tomen la decisión que quieran tomar. Eso es democracia. ¿Por qué pensar que los jóvenes están equivocados y no más bien creer que si eso es lo que piensa la mayoría, respetar que se haga lo que la mayoría quiera? En este caso puede ser la apatía. Vuelvo a lo mismo, ¿realmente aplicamos esos valores en nuestro discurso? ¿Cuál es el punto? ¿Vas a convencer a la juventud de que es apática? ¿De repente la juventud va a leer que la estás criticando y van a decir que a partir de mañana van a dejar de ser apáticos? Eso no va a pasar. Si la juventud no siente conexión por ninguna lucha ni ningún proceso político es por una razón. Muchas veces los grupos políticos se deberían de preguntar a qué se debe la apatía en vez de criticarla. ¿Por qué los jóvenes no quieren escuchar mi discurso? ¿Por qué no creen en mi lucha? Esa es la pregunta. No criticar a la gente, porque es lo que es.

 

Plano Personal
Augusto Mejía tiene 37 años.
En su tiempo libre le gusta hacer fotografía.
Es diseñador aficionado y dice que dedica mucho tiempo a experimentar con cosas que tienen que ver con La Cuneta Son Machín o con Jincho.
Juega futbol y también sale a correr.
Le gusta viajar.
Su comida favorita es el vaho y no podría comer chanfaina.
Por ahora quiere concentrarse en la tienda Jincho, el grupo musical y no tiene otro proyecto en mente, porque dice que “el que mucho abarca, poco aprieta”.

 

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COMENTARIOS

  1. Alvaro Ruiz
    Hace 8 años

    Felicitaciones a este buen ejemplo de nicaraguense emprendedor, con ideas de ir siempre para adelante, pero estoy en total desacuerdo es por que no da su opinion abierta de la politica nacional o teme que sus empresas sean afectadas, o no lo dejan hablar o expresarse libremente a como los funcionarios de gobierno que serian afectados sus propios intereses? Primero vivis en Nicaragua, segundo toda tu ropa la compran la mayoria nicaraguenses creo no? Hay que criticar lo que haya que criticar oyo joven, sin miedo a su familia al gobierno etc. a no ser que estes de parte de ellos.

  2. Isidro Lacayo Pasos
    Hace 8 años

    El galan tiene razon en cuanto a politica. Yo soy anti-Danielista porque es un dictador igual o peor que Somoza. Pero no soy pro-nadie porque los opositores que conozco son mini-danielitos y no creo que el pais mejoraria si ellos estuvieran a cargo. Si aparece un Pedro Joaquin, (han de creer que su hijo es diputado LIBERAL), me avisan. Hasta entonces seguire anti, pero no pro.

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