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El “campito” de la 14 de septiembre: Un nido de campeones

Big leaguers y reconocidos peloteros nacionales salieron del decrépito y polvoso “campito” de beisbol Sucre Frech de la Colonia 14 de Septiembre, que ahora se transformó en estadio con un nuevo nombre: Comandante Hugo Chávez Frías.

Lo primero que Janior Montes, cácher de la Selección Nacional de beisbol, recuerda de las primeras veces que llegó a jugar al cuadro Sucre Frech, en la Colonia 14 de Septiembre, es el insoportable hedor que emanaba de un cauce que pasaba a la orilla del lugar. Las pelotas, que ya de por sí eran pocas y contadas, se iban ahí y se perdían porque nadie quería ir a sacarlas, recuerda.

Era un campo polvoso y decrépito. Sin embargo, vio surgir a grandes peloteros de Primera División y hasta Grandes Ligas, como Juan Carlos Ramírez, Gonzalo López, Janior Montes y Benjamín Alegría. Una publicación de un diario local asegura que al menos 16 jugadores del Bóer han salido del famoso campo.

De aquel viejo Sucre Frech ya no queda ni un rastro. En marzo del 2015 se inauguró el nuevo estadio llamado Comandante Hugo Chávez Frías, que está equipado con todas las de la ley: grama sintética, baños, agua potable, graderías, iluminación, etc., como parte del proyecto de un complejo deportivo, que además incluye una cancha de futbol y una pista de atletismo.

El lugar, que según Montes tiene categoría de estadio infantil internacional, no tiene nada que ver con el campo desvencijado en el que Felipe Salinas, promotor de beisbol de la Alcaldía de Managua, fijó sus ojos, hace más de treinta años.

La historia del Sucre
Felipe Salinas fue quien vio el predio vació en la colonia y decidió limpiarlo para crear un estadio de beisbol. LAPRENSA/M. Esquivel
Felipe Salinas fue quien vio el predio vació en la colonia y decidió limpiarlo para crear un estadio de beisbol. LAPRENSA/M. Esquivel

Cuando casi son las 6:00 de la tarde y el sol se está ocultando, los reflectores del right field se encienden e iluminan el lugar que Sergio Manfut ha visitado por más de veinte años. La primera vez que lo vio habrá tenido unos 8 o 9 años.

“Primero fue un potrero. Después la comunidad lo quiso usar como basurero”, asegura Manfut. En 1982 Felipe Salinas, un colono del lugar, quien asegura llevar el beisbol en la sangre —en ese entonces rondaba los 14 años—, vio el terreno y la posibilidad de crear ahí un cuadro para los juegos de los niños de la colonia.

Sergio Manfut empezó jugando en el cuadrito de la 14 de Septiembre y luego se convirtió también en entrenador. “Yo no tengo un salario fijo. A mí los que me apoyan son los padres de familia, pero siempre me ha gustado estar trabajando con los niños”, expresa el entrenador.

“Era un basurero, prácticamente. Empezamos a trabajar con los padres de familia que vivían aquí en la colonia. Metimos un patrol y empezamos a soñar que este iba a ser un campo deportivo”, explica Felipe Salinas, quien sí es promotor de Deportes de la Alcaldía de Managua.

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El estadio estaba en muy mal estado, según los entrenadores. Además, los vecinos del lugar dicen que era peligroso porque no había vigilante y los delincuentes rondaban el campo. LA PRENSA/Archivo

Al principio llovieron las dificultades: no había ni sillas ni barda y el hedor de un cauce que pasaba cerca de ahí molestaba a todos. Los niños tenían dificultades para las prácticas y los juegos porque no había agua potable. Era un predio libre, pero había piedras por todos lados y cuando jugaban tenían que sacarlas. El montarascal se adueñaba del lugar y la gente llegaba por las mañanas a pasear a sus perros para que hicieran sus necesidades ahí. “Todas las mañanas era un pleito para poder jugar”, cuenta Salinas.

Pero eso no detuvo a los muchachos que hasta hoy llegan a jugar. En varias ocasiones los equipos de la colonia han representado a Nicaragua en eventos deportivos internacionales. “Aquí han salido bastantes muchachos que ahora están en Primera División: Edgar Montiel, Jass Vargas, Kenny Alegría, Janior Montes”, dice Sergio Manfut.

Por otro lado, Salinas dice que la mayor inspiración ha sido Juan Carlos Ramírez, que empezó a jugar con él y hoy picha en Grandes Ligas para los Reds de Cincinnati. “Lo invitamos a que venga un día para que los niños lo miren. Su presencia vale mucho. Que se acerque otra vez por aquí para que los niños lo conozcan”, expresa Salinas.

En el corazón de los grandes

“Magia” es la palabra que Juan Carlos Ramírez usa para describir sus primeros días en el estadio Sucre Frech. “Imaginate a un chavalito jugando en su barrio, con sus amigos, con su primer uniforme. No esperaba otra hora que la de ir a jugar”, recuerda Ramírez.

Él vivía a unas cuatro calles del estadio y jugó ahí desde los 8 hasta los 13 años. Lo recuerda como un “campito” más bonito que los demás: con mallas un poco viejas, un cuadro no en tan buenas condiciones, pero en el que al menos se diferenciaba el outfield del infield. “Era el mejor lugar que podía existir para mí”, dice el pícher de los Reds de Cincinnati.

Juan Carlos Ramírez, el pícher de los Reds de Cincinnati empezó a jugar beisbol en el "campito" de la 14 de septiembre, a los 8 años. LAPRENSA/Archivo
Juan Carlos Ramírez, el pícher de los Reds de Cincinnati empezó a jugar beisbol en el “campito” de la 14 de septiembre, a los 8 años. LAPRENSA/Archivo

Ese lugar fue donde el ahora big leaguer jugó beisbol por primera vez, por el que fue a varios campeonatos infantiles y donde hasta practicó cuando perteneció a la banda de guerra en el colegio de la 14 de Septiembre. Incluso dice que cuando llega a la casa de su mamá siempre va a jugar a ese “campito”. No quiere ir a otra parte.

La barda del campo estaba hecha de losetas mal puestas que poco a poco iban desapareciendo. Según los vecinos del lugar, algunos muchachos llegaban a consumir droga y licor en los alrededores del estadio. Era un lugar peligroso para los niños que en ese entonces jugaban. Uno de esos niños era Janior Montes, quien hoy es el cácher titular de la Selección Nacional de beisbol.

Él jugó con Gonzalo López y conoció a Juan Carlos Ramírez, quien en ese entonces era receptor y dice que alguna vez se dedicó a entrenarlo. El originario de Corinto vivía en el barrio 1 de Mayo y no pudo entrar a los equipos por cuestiones de edad. Entonces un primo lo invitó al estadio Sucre Frech y ahí empezó a entrenar con Felipe Salinas.

Janior Montes, cácher de la Selección Nacional de beisbol empezó a desarrollarse en el "campito" Sucre Frech, en la 14 de septiembre.
Janior Montes, cácher de la Selección Nacional de beisbol empezó a desarrollarse en el “campito” Sucre Frech, en la 14 de septiembre. LAPRENSA/J. Flores. 

“La barda era baja y de losetas y recuerdo que había una casa, que todavía sigue ahí, y la gente se ponía molesta porque las pelotas siempre iban a dar al techo. Un campo completamente descuidado y llegábamos a comer ese polvazal”, recuerda Montes. Como no había grama, cuando llovía debían jugar con lodo. El cauce que Janior Montes nunca olvidará a veces tenía un tono verdoso por la lama que estaba en la superficie. Ahí iban a parar las pelotas que a duras penas conseguían y forraban con tape (cinta adhesiva) para seguir usando. Tenían dugouts de malla deteriorada y para ir al baño tenían que irse detrás de la barda. Compraban bolsitas “de a cinco riales” para el agua. La gente que llegaba se quedaba de pie porque no tenían dónde sentarse; “así jugábamos, ese era el día a día de nosotros”, dice.

“Eso me marcó a mí. Me enseñó a dedicarme a lo que verdaderamente me apasiona. No tengo palabras para decirle a esa gente cuánto le agradezco”, expresa Montes.

El nuevo estadio

“Nuestro gobierno nos hizo una promesa de que nos iba a hacer un campo con todas las condiciones y fue realidad”, expresa agradecido con el Gobierno don Felipe Salinas. El 5 de marzo de 2015 se inauguró el estadio que forma parte del complejo deportivo que incluye otro estadio de futbol, pista de atletismo, juegos infantiles y una cafetería, los cuales se irán construyendo poco a poco.

“Para mí es bastante gozoso ver a esos niños cómo tienen esas comodidades hoy en día. Y yo dije, esto está fuera de serie. Para mí fue algo grande ver a mi hijo jugando dentro de ese campo”, expresa Janior Montes, quien asegura que ese tipo de terrenos solo los miraba fuera del país.

“Los niños se sienten con mayor seguridad en este caso. Todos los barrios se han sentido beneficiados. Aquí se juegan algunas ligas de la Alcaldía”, cuenta don Felipe.
Todos los días por la tarde los lugareños llegan a ver a los niños y jóvenes jugar, quizás imaginándose quién podría ser el próximo Primera División, o el siguiente jugador de Grandes Ligas.

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