Hace 26 años, en un acto solemne en San Pedro de Lóvago, Chontales, la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro presidió el desarme de la contra.
Así culminó un proceso de desarme que había comenzando inmediatamente a la derrota del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en febrero de 1990.
“Fue un paso importante, la Resistencia acató voluntariamente la decisión del pueblo. Nosotros estábamos luchando para que se lograran cambios en el país, eso se logró con los votos, quitamos la dictadura y dimos pasos al proceso democrático”, dice el ex comandante de la contra Óscar Sovalbarro.
En ese acto de hace 26 años, 25 mil Contras entregaron sus armas, “convencidos de que con eso estábamos afianzando la paz no solo en Nicaragua sino en Centroamérica”, resalta Sovalbarro.
El aniversario, encuentra a los excontras, decepcionados, según Sovalbarro, “Decepcionados de estar nuevamente con la incertidumbre de un gobierno que en aquel momento era sostenido por las armas y por el bloque soviético, en este momento se sostiene por el capricho y también por las armas porque el Ejército sigue siendo el mismo, la Policía sogue siendo la misma”, se queja.
LA DIVISIÓN
Pero también los ex contras están divididos. Una parte está con el FSLN, otra con la Coalición Nacional por la Democracia y otra parte en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).
Sovalbarro sostiene que los ex contras se mantienen trabajando la tierra. “Los que están con Ortega son contados con los dedos de las manos, otros pocos miembros están con el PLC y la mayoría con la oposición de la Coalición”, asegura.
El ESTADO NO CUMPLIÓ
Sovalbarro sostiene que el Estado no cumplió los acuerdos para el desarme. “Nostros no fuimos a la guerra para tener tierras, fuimos a la guerra para cambiar el sistema. Los acuerdos (con el estado) no se cumplieron porque lo más importante era que se afianzara la democracia, pero los políticos se dedicaron al negocio político”, se queja.
EL DESARME
Violeta Barrios de Chamorro derrotó a Daniel Ortega en las urnas en 25 de febrero de 1990 y asumió su cargo el 25 de abril de ese año.
Dos meses después de que doña Violeta asumiera su cargo, se dio el desarme en San Pedro de Lóvago.
El desarme de la contra también fue acompañado de una reducción de los miembros del Ejército. Pasaron de ser 96 mil soldados a 1 7 mil.
Los contras fueron presionados para que se desarmaran por un importante número de partidos de la UNO, porque sino, según ellos, el FSLN no les entregaría el poder, afirmó el comandante de la contra Óscar Sovalbarro.