La agrupación delincuencial denominada “El Triángulo”, dedicada desde el año 2014 al abigeato en la modalidad de arreo en Murra, El Jícaro y Quilalí, municipios del departamento de Nueva Segovia, fue desarticulada capturando a cinco de sus seis integrantes y puestos el pasado 4 de julio en manos del Ministerio Público.
El comisionado mayor Javier Martínez, jefe en funciones de la Policía Nacional en Nueva Segovia, detalló que los detenidos son: Bismael Villarreyna Vásquez, identificado por la Policía como el jefe de la banda; Carmen Alexis Peña López, Héctor Misael Tinoco Ochoa y Héctor Antonio López López, originarios del municipio de Murra; y Misael de Jesús López López, residente de El Jícaro.
Otro miembro de la banda es Octavio José Ruíz Ruíz, alias “Recupere”, originario de Quilalí y segundo jefe de la banda y circulado por la Policía Nacional. Y aunque se hace pasar como comerciante de ganado, es identificado por la Policía como la persona que manda a “sus socios” a robar el ganado bajo la promesa de pagarles de 3 a 5 mil córdobas por vaca, las lleva al municipio de Pantasma y las traslada a Honduras. El precio real de una vaca es de 20 mil a 30 mil córdobas promedio.
Bismael es identificado por la Policía como la persona que en una primera etapa disponía de un potrero en su propiedad en la localidad de Santa Ana municipio de Murra, borra o mancha el fierro original y marca el ganado con un fierro propio para hacerlas pasar como criollas, y se encargaba de trasladar o mandar los animales hasta Quilalí para entregarlas a “Recupere”.
El comisionado mayor Martínez detalló que hasta el momento ocho víctimas han identificado a los detenidos como los culpables de la desaparición de 9 vacas (algunas de ellas del bono productivo), 5 terneros y 1 bestia caballar, que fueron vendidas en Honduras o entregadas a cambio de droga.
“Seguramente hay muchos otros casos más, que en el proceso de investigación irán saliendo y los iremos documentando”, enfatizó el jefe policial.
ADUCE INOCENCIA
Por su parte, Bismael Villarreyna Vásquez, el presunto jefe de la banda, insistió ante los medios de comunicación en su inocencia.
“Yo no tengo nada que ver con eso”, dijo Villarreyna, pero aceptó que tiene un fierro propio y que la Policía le encontró en su potrero un caballo (macho) que había comprado, así como otras dos vacas que Francisco Herrera Lumbí llegó a dejarle con la autorización de que le pusiera marca y les buscara venta.