La permanencia de la primera comisionada Aminta Granera en la jefatura de la Policía Nacional frustra la carrera policial, pues viola el objetivo fundamental de la Ley Orgánica de esa institución, que es garantizar la rotación de los agentes policiales y perfeccionar el profesionalismo.
Lo anterior lo asegura el exdiputado y ex viceministro de Gobernación, José Pallais Arana, quien estima que “el mensaje es de que ya no existe carrera policial, con todas las consecuencias que eso tiene en las actitudes y en la percepción de la Policía frente al público”.
Según Pallais, con la Ley Orgánica original se buscaba “romper con el caudillismo” y con la permanencia de un mismo jefe policial, que a su vez tiene consecuencias negativas para toda la institución.
A lo interno, Pallais prevé que esto traerá inconformidad entre la oficialidad, porque “le pone un tapón” a las promociones de grados y cargos.
“No hay nada más dañino a la profesionalidad de una institución que ponerle un tapón, negándole la posibilidad de ascenso a los subordinados, es decir, de toda la estructura; es un mensaje muy negativo porque reafirma el mensaje de que si quieren progresar en la estructura policial, únicamente pueden hacerlo mediante el apego ciego a la persona del jefe, mediante el apego partidario”, expresó Pallais.
Es más, dice Pallais, esta prórroga de Granera en el cargo demuestra “que la institución ya no reconoce los méritos policiales, el cumplimiento de la ley ni el ejercicio de un verdadero profesionalismo”.
Considera que la permanencia de Granera obligará a la Policía a dar de baja a cuadros con experiencia, pero que todavía no están en tiempo de jubilación o retiro, pero que ya no tienen oportunidad de ascender.
Esto provoca, según Pallais Arana, que la institución pierda la experiencia acumulada y a cambio se sigue promoviendo el valor de la sumisión política para las estructuras policiales.
El exdiputado califica de sombrío el futuro de la Policía, “cada vez más rojinegro, llevando al extremo a la Policía partidaria al servicio de la dictadura dispuesta a la represión para la población”.
Recordó que “la prolongación excesiva en la jefatura de una persona evita que la institución evolucione, confirma la reiteración de errores, de prácticas que van provocando el descuido de valores y de la ética policial”.