La ola embravecida que el 23 de enero se tragó a una panga de excursionistas en las aguas de Corn Island, en el Caribe Sur, y cobró la vida de 13 costarricenses, también arruinó la economía del paradisíaco municipio isleño que depende del turismo y la pesca.
“Después del accidente todo ha sido un desastre en la Little Corn Island. El turismo se vino a pique, porque ahora tenemos un servicio de transporte irregular, cada semana, por cualquier viento, Capitanía de puertos cierra la navegación de las pangas, los turistas se quedan entrampados, sin salir, y hablan decepcionados del servicio y la comunidad”, lamenta Carlos Archibold Shogreen, dueño del hospedaje Sunrise Paradise, en la pequeña Corn Island.
Inmediatamente, después que la panga que transportaba a 32 personas en el trayecto de Little Corn Island-Big Corn Island, sucumbiera por el mal tiempo y provocara la muerte de 13 personas, las autoridades buscaron colaboración para que se instalara en la islita un puesto de control de embarcaciones del Distrito Naval del Caribe, para reforzar la seguridad y evitar otro naufragio. Y desde fines de febrero permanecen en el lugar.
Sin embargo, los empresarios turísticos rechazan las estrictas regulaciones y obstáculos que según ellos imponen las autoridades navales a la navegación entre ambas islas, en aras de la seguridad de pasajeros y tripulaciones. “Para nosotros el mar es el único medio que conocemos para transportarnos, trabajar y vivir, no nos asusta, simplemente lo respetamos y convivimos con él, vemos que la (Fuerza) Naval toma decisiones drásticas, cerrando el traslado de pasajeros, lo peor es que las consecuencias ya las estamos viviendo con la crisis que tenemos en el turismo y nuestra economía”, dijo Nazyra Solange Estrada Halford, secretaria del Gobierno Comunal de Little Corn Island.
Aitana Sánchez llegó a Nicaragua procedente de Costa Rica, viajó el pasado 12 de julio por avión a Corn Island, su destino final era Little Corn Island, pero no pudo llegar más allá del muelle de la Isla Grande, ya que en ese momento Capitanía de Puerto había emitido una restricción para que las embarcaciones de pasajero no zarparan.“No sé qué voy a hacer, yo había realizado el pago de mi estancia en la Islita, ahora tendré que quedarme un día o dos en esta isla grande y regresarme a Managua, pero fui a la línea aérea y me dijeron que debía pagar 30 dólares por adelantar la fecha de mi vuelo, esto está mal y en ningún lugar me previnieron de la restricción de viajar por mal tiempo”, dijo molesta la turista española.Bismarck Orozco, gerente comercial de la aerolínea La Costeña, que hace tres vuelos diarios a Corn Island, asegura que ha habido una leve baja en el número de viajantes, pero insiste en que es “leve”. Orozco cita como ejemplo la última semana de julio cuando alrededor de 600 personas viajaron a Corn Island. En meses altos suelen viajar entre 900 y mil turistas, explica Orozco, quien aclara que los meses de mayo y junio no son buenos para el turismo en esa zona.
TEMEN IRSE A LA QUIEBRA
“Ahora mismo estoy atendiendo un grupo de ocho personas en mi hotel, después no tengo nada, tengo seis trabajadores y tendré que quedarme solo con dos, la irregularidad en el transporte nos está asfixiando, nosotros tenemos una inversión de casi dos millones de dólares en nuestro hotel y si esto sigue así nos vamos a la quiebra”, expresó preocupada Kathia Archibold, dueña del hotel más grande de la islita.
La responsable del gabinete de turismo de Little Corn Island, Twila Bryan, aseveró que en los anuncios publicitarios promueven a las Islas del Maíz como un destino paradisiaco, “sin embargo aquí se está viviendo un infierno, ya que el turista se está alejando, en los anuncios ponen una cosa, promoviendo la isla, pero lo que vale es la recomendación persona a persona y desde febrero los turistas que vienen a Little Island se van decepcionados, lo que dicen es ‘no vayas allá, porque de ahí no podés salir o no podés llegar’”.
HAY QUE MEJORAR
SISTEMA DE TRANSPORTE
Las autoridades navales en el Caribe reconocen que el problema de transporte debe de solucionarse con prioridad, pero también que se requiere un transporte seguro y confortable.
El jefe del Distrito Naval en el Caribe Sur, capitán de navío Pedro Olivas González, señaló que las embarcaciones que actualmente realizan el transporte de pasajeros entre las islas no cuentan con las condiciones óptimas para la navegación.
“La mayoría de embarcaciones para pesca y transporte de personas en la islita no cuentan con las condiciones básicas para navegar; esas lanchas tipo Eduardoño tienen buena capacidad, nosotros la usamos para la navegación y patrullaje en alta mar, el problema es que estos transportistas las han adaptado para pasajeros, les quitaron peso y fondo para contar con mayor espacio para colocar pasajeros, y eso disminuye la capacidad de resistencia, incluso eliminaron los flotadores y estos son importantes para casos de accidentes, cambiaron de 4 a 2 motores, esto también repercute para tener mayor o menor capacidad de soporte de las embestidas del mar en un mal tiempo”, explicó Olivas.
“Las condiciones con que adaptan las pangas para fines comerciales y ganancia, es lo que hace que estas lanchas no tengan las condiciones y capacidad adecuada para la navegación con variación del tiempo y para preservar la vida humana”, concluyó Olivas.
Los empresarios turísticos y autoridades navales coinciden que en la solución está en contar a corto plazo con un transporte de mayor capacidad y mejores condiciones.
Para Manuel Bermúdez, ingeniero naval y piloto de altura, lo ideal para el itinerario Little Corn Island-Corn Island, es un barco tipo catamarán hidrojet, con capacidad para transportar entre 60 y 90 personas, con asientos confortables, buena velocidad, motores económicos, buen tamaño de largo (31 metros), tripulación pequeña (3 personas) y de aluminio.
Clayburn Archibold, mejor conocido como “Bonnie”, empresario pesquero de Little Island, explicó que está “solicitando un crédito de 350 mil dólares para comprar una embarcación con capacidad de cien o más personas, que pueda quitar el dolor de cabeza que estamos viviendo en las islas en este momento y que está afectando el turismo”, dijo Archibold.
LA PRINCIPAL FUENTE DE EMPLEO
Little Corn Island cuenta con unos 900 habitantes. El Gobierno Comunal ha abogado por un turismo sostenible con la realidad de la pequeña isla. “Nuestro territorio es muy pequeño (2.9 kilómetros cuadrados), algunos recursos como el agua dulce y las tierras para cultivo deben ser cuidados especialmente, no queremos un turismo a gran escala, eso podría destruir nuestra isla; pero en estos momentos la mayoría de nosotros dependemos de él”, reconoció Winston Downs, presidente del Gobierno Comunal.
A partir del año 2000, se incrementó la afluencia de turistas a Little Corn Island, poco a poco los visitantes descubrieron la belleza y tranquilidad del lugar y así comenzó a crecer la oferta. En la pequeña isla operan 71 negocios relacionados con el turismo como hoteles, hospedajes, hostales, casas de renta, restaurantes, bares y comedores, según el último censo hecho por el Gobierno Comunal de Little Corn Island, con apoyo del Minsa.
El 60 por ciento de los negocios es de dueños nacionales y el otro 40 por ciento de extranjeros.
MUY POCO SE PESCA
“Ahora solo unas cinco familias se dedican a la pesca, vimos la oportunidad de vivir del turismo, nuestras pangas ahora no salen a pescar sino para llevar a grupos de turistas a bucear a los arrecifes, dar recorridos alrededor de la isla, nuestras casas las ampliamos para alquilar cuartos y ganarnos la vida”, indicó Winston Downs, quien además de líder comunal tiene un hospedaje. Las Islas del Maíz son dos: Great Corn Island, también llamada simplemente Corn Island, de aproximadamente 10 km² y Little Corn Island, de apenas 2.9 km². La mayoría de los turistas que llegan al municipio prefieren como destino la isla pequeña, donde en la última década sus habitantes dejaron los aperos de pesca para convertirse en empresarios de turismo.