La postmodernidad. En cierto sentido la postmodernidad lo que ha hecho es llevar a la modernidad a su máxima expresión, a sus últimas consecuencias. Pero es más que eso. Presenta un cambio completo de esquemas mentales, o paradigmas, como le llaman ellos. En este cambio hay una verdadera revolución, y una transformación radical. Nada de lo que alguna vez sirvió como base en nuestra sociedad es aceptado como valor absoluto. Todo necesita ser puesto en tela de juicio y a ser posible cambiado. Deja de absolutizar lo puramente racional pero intenta ir más allá. Y se abre a otros campos como lo trascendente, lo religioso, lo emocional, lo metafísico. Y desde luego lo esotérico y cuanta tontería y superstición se ponga de moda.
Como se afirma que la verdad es relativa se acepta cualquier visión del mundo. El mundo no es necesariamente mejor cada vez, sino que es ambiguo. No es ni bueno ni malo. No hay un código moral que sea objetivo y que sea válido para todos, sino que cada uno escoge su propio código o se lo inventa porque el Dios que creíamos que lo había escrito no existe o se murió. Y además todos nosotros somos dioses, por si no lo sabían.
Otro de sus rasgos es la globalización. Lo que se dice en un lugar, minutos después se está diciendo en otro. Lo que es moda en un lugar, al día siguiente es moda en otro. Ya no importa donde esté uno, el mundo es cada vez más igual en todas partes. Uno llega a un aeropuerto y no sabe exactamente a qué país llegó, porque es exactamente igual al de cualquier otro aeropuerto del mundo. Y el resultado es un nuevo tipo de hombre en el que todos se parecen a todos. Paradójicamente, al mismo tiempo surge un nuevo pluralismo. Todos los estilos de vida son válidos, todos los lugares, todas las religiones, todas las creencias, todas las opciones sexuales son válidas, (los homos, los trans, los bi, y los neutros). Ha llegado la nueva era con su ideología de género.
A Dios ya no se le ataca directamente. Simplemente se le excluye como una superstición en la que vos podés creer si te da la gana, pero que no debes tratar de imponer a los demás. La sociedad posmoderna se siente desembarazada del cristianismo y lo considera como algo superado. Pero como al mismo tiempo defiende el completo pluralismo, el cristianismo tiene cabida como una corriente más, siempre que no pretenda tener hegemonía en la sociedad. Mientras no haga eso, probablemente se le dejará cierto espacio de movimiento. Al menos hasta hoy.
Este derrumbe de la cristiandad y este liberarse del cristianismo, mezclado con esa nueva apertura a lo religioso, y a lo no racional, deja entonces amplio espacio para el resurgimiento de una amplia serie de manifestaciones religiosas no cristianas. Vemos entonces el progreso del islam, de la religión musulmana, de centenares de religiones abiertamente paganas como la nueva era, un conjunto, una mezcolanza, un sincretismo, un chacuatol de creencias religiosas orientales, esotéricas y ocultistas, que se caracteriza por ese amplio pluralismo de supermercado en que uno escoge lo que le guste y desecha lo que no le gusta.
Este cambio de época se caracteriza por algo mucho más serio que la descristianización de la que hablábamos antes. Es el paso hacia una época poscristiana en que el sistema de cristiandad se está debilitando. Pero para que no queden tan pesimistas, lean mis próximos artículos.
El autor es miembro del consejo de coordinadores de la ciudad de Dios.
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