Su acento siempre lo ha delatado como cubano, aunque su pasión y entrega al beisbol lo muestran como el más orgulloso de los nicaragüenses. Ese es Argelio Córdova, el otrora mánager de la Selección Nacional, quien hoy atraviesa otra batalla. Esta vez no es en el terreno de juego, sino en un hospital.
Córdova se encuentra internado en el Hospital Vivian Pellas en Managua, donde según familiares, está conectado a un respirador que aún le mantiene con vida.
Claudia de Córdova, nuera del exmánager, dijo que este había sido trasladado la noche del sábado al Hospital General España al presentar un severo dolor de cabeza, pero fue dado de alta la mañana del domingo, mismo día en que sufrió un accidente cerebrovascular.
La noche del lunes fue remitido al Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales de León, para posteriormente ser trasladado al Hospital Vivian Pellas, ayer por la mañana.
“La situación es bastante delicada en todo el sentido de la palabra. Esperamos la llegada de mis hermanos Sergio e Isolina, que están en El Salvador, y Argelio, el mayor, que se encuentra en Oakland (EE.UU.)”, mencionó Rafael Córdova, hijo del también miembro del Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense, al que hizo su ingreso el año pasado.
EL CUBANO-NICA
El 17 de octubre de 1934 nació en Batabanó, Cuba, Argelio Córdova. Fue pelotero profesional en la isla mayor del Caribe, llegó a Nicaragua en 1956, enviado a jugar pelota con el equipo Cinco Estrellas de la vieja profesional y tras un breve retorno a su tierra natal, regresó al país, donde se quedó al darse la revolución cubana.
Chinandega fue donde encontró su nuevo hogar y a este departamento le dio los campeonatos nacionales de beisbol de 1970 y 1971, para en 1972 hacer su obra maestra, el triunfo del equipo nacional sobre Cuba el 3 de diciembre.
“Ese es uno de los detalles especiales en mi carrera, porque ese triunfo se logró gracias a la moral de todo un equipo y la moral no se vende en la farmacia. Le ganamos a mi país, o al país donde yo nací, y esa es una de las cosas más lindas que me pasaron”, dijo Córdova a Edgard Rodríguez en una entrevista concedida en 2012.
Y el amor de Córdova por Nicaragua quedó marcado unos años más tarde, ya que después de que en 1978 se mudó a El Salvador, buscó nuevamente el terruño nacional en 1984.
Precisamente, ese paso por El Salvador le llevó al fraccionamiento de su familia, pues sus hijos decidieron establecerse en ese país, mientras otro hacía su vida en los Estados Unidos.
En las décadas del ochenta, noventa, y dos mil, su actuar como timonel continuó, incluso llevó a Estelí a disputar dos finales, aunque no le pudo hacer campeón.
En 2010 dirigió por última vez a un equipo, el Chinandega, en Primera División.
VEJEZ DIFÍCIL
Como le suele pasar a muchas glorias del deporte nicaragüense, Córdova ha tenido que atravesar una vejez un tanto difícil, pues al quedar fuera del beisbol, sus ingresos se vieron esfumados.
Desde hace algunos años, la Alcaldía de Chinandega paga la renta del cuarto en el que vive en el barrio San Agustín y en 2013 la Asamblea Nacional aprobó una pensión de 5 mil córdobas para él.
Pero ¿es eso lo que se merece un hombre que llevó a Nicaragua a vivir una de sus gestas deportivas más importantes?
Córdova nunca se quejó, aunque sí llegó a decir que lo que más le dolía es que no le dejaban trabajar más por los jóvenes, demostrando su pasión por el deporte y su compromiso con el país que le recibió como un hijo más.
Ahora, Córdova continúa su batalla por seguir en el juego de la vida, aunque esa voz potente y esa ferocidad desplegada en el terreno, está apagada.
UN PERSONAJE
La calidad como mánager de Argelio Córdova es innegable y es solo superada por su carisma, ese que le llevó a ser querido, aunque también le metió en algunos problemas. Córdova era fuerte en el terreno de juego con sus muchachos, pero a la vez, reía con ellos y sobre todo les respaldaba cuando más le necesitaban. Sin duda, este hombre nacido en Cuba, se ganó el cariño siendo un gran nicaragüense.
