Los 18 niños de la Selección Nacional de Beisbol Sub-12 dejan su país, algunos por primera vez, en su corazón cargan con alegría el deseo de terminar triunfantes, quieren sonrisas en lugar de lágrimas, caminan sobre las huellas de la generación pasada que será recordada por lo que llegó a conquistar en el Mundial de Taiwán de la categoría: ganar una medalla de bronce.
Una nueva camada parte este mediodía a México al Campeonato Panamericano Sub-12, allá no estarán con ellos sus padres, pero sí sus padres sustitutos, un cuerpo técnico de tres hombres y una mujer, ellos van en nombre de un país, de una Nicaragua y de una Federación Nicaragüense de Beisbol Asociada (Feniba) que los preparó dos meses para el reto, bajo el sol, pero con determinación.
Jorge Luis Avellán, coordinador de selecciones menores, estuvo siempre en el terreno con todos, enseñándoles. Ayer fue el último día que entrenaron, tres horas con descanso solo para tomar agua y retirarse el sudor de la frente.
Avellán dice que las fortalezas son el bateo y la defensa, el picheo está a la altura. Este es un equipo sin figuras, todos lucen parejos, algunos juegan con facilidad hasta tres posiciones, no dependen de nombres, como el de un Léster Medrano, un Elián Rayo y un Fidel Loáisiga, que marcaron inexorablemente la generación anterior.
En este equipo existe un capitán como Melvin Pérez, bajito y valiente, mostrando una sed por hacer las cosas bien, un Silvio Rivera que igual batea a la derecha y a la zurda, un Félix Saballos que suda detrás del home, un Sean Flores que quiere ser el mejor relevista, un Andy Morales que batea con el poder de un viejo, un Oniell Acuña con la “escopeta” zurda lista para ser el abridor número uno y así podríamos seguir mencionado las cualidades de cada uno.
Otros como Marlon Gómez y Arki Vanegas admiran a Cheslor Cuthbert, Hernaldo Montenegro quiere ser un Derek Jeter, Carlos Quinto sabe mucho de Yadier Molina y Derek Baca es de los que dice que escribirá su propia historia. Adilado Mercado, Raaleyd Olivas, Misael Pérez, Ethan López, Juan Escorcia y Luis Cajina también son parte de los nuevos soñadores.
Allá van ellos a defender la imagen de bicampeones panamericanos, si avanzan tendrán un puesto seguro en otro certamen mundial, del 29 de julio al 7 de agosto caminarán sorteando a selecciones de gran calado como Estados Unidos, México, Venezuela, Brasil, Panamá, Colombia y otras de menor peligrosidad, es el caso de Honduras y de Argentina.
Al menos para los tres primeros partidos el coach de picheo, Álvaro López, escogió a sus mejores cartas: Oniell Acuña, Adilado Mercado y Arki Vanegas, pero cuenta con un reguero de posibles lanzadores, que se pararán en la loma para darle continuidad al sueño que inició hace dos años con el primer campeonato.