Aún no estaba en los planes de Oscar Ruiz colgar el atuendo de “Cacique Mayor” en su ropero y resignarse a no bailarle más a la imagen de Santo Domingo de Guzmán, pero el deterioro de su salud lo está empujando a ese retiro forzoso y sorpresivo.
De concretarse, este sería el tercer personaje que pierde las celebraciones de “Minguito” en los últimos diez años, tras el fallecimiento de Lisímaco Chávez en 2006 y Francisca Villalta en 2013.
El tradicionalista, que durante 46 años ha sobresalido entre ese tumulto que acarrea Santo Domingo, por el penacho que bien le esconde el cabello canoso, un taparrabo y los colmillos de animales que lleva en el pecho y muñecas, estuvo internado durante seis días y abandonó el centro hospitalario el pasado 3 de agosto.
Pensó que estaba restablecido de una neumonía y que ayer podía ir a dejar al santo a Las Sierritas, ya que el 1 de agosto le fue imposible; pero bastó estar solo unos minutos en la procesión, exactamente en el Gancho de Caminos, para que la presión se le subiera y tuviera incluso que hacer uso de oxígeno medicinal y luego irse a casa.
Ya estando en su morada, el “Cacique Mayor” reconoció que arriesgó su salud al asistir a la fiesta —en la que años atrás bailaba sin parar—, porque los médicos se lo prohibieron.
“Yo ya estoy quieto, hasta ahí llegué, mi vida ya no es mi vida, solo sé que ya no me siento bien”, sentenció Ruiz con un tono de voz de resignación y una cara que reflejaba tristeza.
El cabo primero Germán Espinoza, del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua, informó que al momento de atenderlo la presión la tenía 180-100 y que mostraba cansancio. El traje que utiliza y el calor contribuyeron a su hipertensión.
LOS PERSONAJES
Según la historia, Lisímaco Chávez cobró notoriedad en las fiestas a Santo Domingo al entrar en la iglesia de Las Sierritas de forma sigilosa con el fin de apoderarse de la imagen y llevarla a la capital para continuar la tradición, porque estaba prohibida en ese entonces. Por este acto fue encarcelado en 1961 y 1963 y una tercera vez por oponerse al nombramiento de la mayordomía de un personaje político en los tiempos de Somoza.
Francisca Villalta, mejor conocida como “La Chica Vaca”, heredó la tradición de su madre. Recordaba que su progenitora la llevaba a la bajada y subida del santo cuando era una niña y que creció yendo todos los años con una vaca forrada con telas de colores vistosos.
SANTO DOMINGO REGRESÓ A LAS SIERRITAS
Sin la compañía del “Cacique Mayor”, miles de personas acompañaron al compás de bailes y otras muestras de celebración, a la imagen de Santo Domingo de Guzmán en su retorno a Las Sierritas.
Desde antes de que despuntara el día, hombres embadurnados de aceite, mujeres vestidas con huipil y otros con ropa casual, empezaron a bailar cuando las bandas filarmónicas acabaron con el silencio de la iglesia Santo Domingo de Managua.
De ahí en adelante todo fue una fiesta en la que no faltó el licor, pero que en comparación con años anteriores hubo menos consumo y por tanto más orden en el recorrido, que duró más de nueve horas.
Sin obviar esta realidad que empaña la festividad, el obispo Juan José Colato Nolasco, a cargo de la iglesia Santo Domingo de Managua, manifestó que la religiosidad prevaleció en los diez días que lo tuvo en su santuario.
“Hubo devoción, la gente venía al Rosario, siempre había misa, mucha gente venía con devoción, con deseo de abrir la mente y el corazón al Señor”, dijo Colato Nolasco al finalizar ayer la misa que llenó todo el templo.
También, el padre de la iglesia de Las Sierritas, Boanerges Carballo, apuntó que la procesión se caracterizó por realizarse en orden y con la participación de familias completas.
SANTO DOMINGO, EL INTERCESOR
Los testimonios de la gente que sigue a la imagen de Santo Domingo, encontrado dentro de un tronco de un árbol en Las Sierritas, coinciden en que él ha escuchado sus súplicas y ha intercedido para que ocurran milagros.
Juana Cabrera, por ejemplo, es devota del santo desde que le quitó una fiebre a una de sus hijas. “Por eso todos los 1 y 10 de agosto lo acompaño y le bailo hasta donde mis piernas me lo permitan”.
REUNIONES PREVIAS
José Alarcón, presidente del comité de cargadores tradicionalistas de Santo Domingo, explicó que en el caso de ellos solo en septiembre descansan, porque “en octubre ya comenzamos a trabajar con los sacerdotes haciendo evaluaciones, qué pasó en los recorridos, para mejorar en los próximos años. Con la Policía se evalúa, con la Cruz Roja Nicaragüense, con los Bomberos”, enumeró Alarcón, conocido popularmente como “Chepe Largo”.