La ciudad vacía, drama teatral escrito y actuado por Lucero Millán regresa a la Sala del Teatro Justo Rufino Garay, y estará sobre el escenario todos los viernes y sábados del mes de agosto, en horario de las 7:30 p.m.
René Medina quien también actúa en esta obra recordó que fue estrenada con éxito en el Festival Internacional de teatro Monólogos, Diálogos y Más… Nicaragua 2015.
La alta calidad de su puesta en escena ha recibido crítica favorable y la ovación del público. Entrada 100 córdobas.
“Nunca voy a olvidar la primera impresión que tuve al llegar a Managua en el año de 1979”, recuerda por su parte Millán quien ha escrito también un libro de memorias donde documenta su paso por la historia del teatro de Nicaragua, a partir de esta fecha.
En ese entonces Millán veía la capital como una ciudad que no terminaba de configurárseme, sin centro urbano de congregación social, con problemas de infraestructura, de calles, de aceras peatonales, con dificultades para orientarse dado la tradicional manera de dar direcciones, con pocos edificios. Y su impresión fue que era “una ciudad no ciudad”.
TRES BÚSQUEDAS, TRES HISTORIAS
El libreto escrito por Millán (alimentado en parte de sus propias vivencias y recuerdos) describe tres historias que develan interioridades humanas con sus ilusiones y desencantos, entrelazadas por la memoria colectiva de una ciudad golpeada por el terremoto de 1972, y las secuelas de la guerra de los años ochenta.
En la obra, su personaje es Sofía, una internacionalista que vivió las experiencias emotivas, contradictorias y traumáticas de revolución, se marcha y regresa a Managua tiempo después en busca en una carta, que viene a ser una especie de huella de su memoria pasional.
En su caminata Sofía se encuentra con Pedro Pablo (actuado por René Medina Chávez) que perdió a su novia en el trágico terremoto de 1972, su psiquis está atrapada en en este pasado.
El otro personaje esencial es Ricardo (Jhosay Peralta) un joven que indaga su propia historia familiar, éste se encuentra a su padre que no sabe que él existe.
ESCENAS Y CRITICA
El manejo adecuado de las luces, utilerías, vestuario, música; la armonía y tiempos precisos de los diálogos, la intensidad de las escenas, y sus toques oportunos de ironía logran darle a esta obra una calidad de maestría actoral en escena.
La obra critica en su dramaturgia la década de revolución ida, su romanticismo e idealismo, expone el desencanto presente, e invita a la reflexión de la memoria de las últimas décadas en Nicaragua.