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Fidencio Flores ha sido el lanzador de impacto en la segunda vuelta del Campeonato de Primera División. LAPRENSA/ARCHIVO

Fidencio Flores con linaje de estrella

Tan solo era un pequeño que admiraba a su tío Asdrudez Flores, el zurdo más ganador en la historia del beisbol nacional nicaragüense, cuando lanzaba la pelota pensando que emulaba las actuaciones de su familiar en la colina. Jugaba a ser un profesional, representar a Nicaragua y dejar una huella.

Tan solo era un pequeño que admiraba a su tío Asdrudez Flores, el zurdo más ganador en la historia del beisbol nacional nicaragüense, cuando lanzaba la pelota pensando que emulaba las actuaciones de su familiar en la colina. Jugaba a ser un profesional, representar a Nicaragua y dejar una huella.

Ese infante nació en León en una comarca llamada El Sauce, fue firmado cuando su recta prometía mucho y por ello recibió 20,000 dólares para alimentar su sueño de llegar a Grandes Ligas. Pero un día su hombro falló, la lesión le costó su estadía en Estados Unidos, los Cardenales de San Luis dijeron que ya no les sería útil un muchacho como él. Estaba frustrado, en un callejón donde pensaba que no tenía salida, pero esa luz al final del túnel apareció en la vida de Fidencio Flores.

Fidencio está más relajado que nunca, no pretende ser humilde ni tampoco presumido, es un joven de 24 años auténtico, con sus deseos de triunfar, su hambre de impactar y que su nombre suene fuerte en el beisbol. Actualmente no hay otro como él en el Campeonato de Primera División, se tendría que armar de varios lanzadores a un Fidencio. Es el sublíder en triunfos con 13, segundo en efectividad con 1.51 y escolta en ponches a Ernesto Glasgow con 139.

“Yo veo los resultados pero siempre digo que debo seguir trabajando. La recta es mi arma fundamental y luego el slider, pero como a veces llegaba a un punto donde me descifraban, ahora afiné mi cambio y es un gran respaldo”, comenta Flores. La recta de Fidencio fue medida en el Preclásico en Mexicali y llegó a las 93 millas por hora. “Quiero ser líder de ponches, de victorias y de efectividad, pero deseo aún más ser campeón con mi equipo de León”, relata mientras las tripas gruñen ante el deseo de victoria. “Nunca he ganado nada, este será nuestro año”, agrega.
Uno podría pensar que debe ser complicado dominar a bateadores con grandes antecedentes en este país, como Darrel Campbell o Dwight Britton, pero Flores, el mismo que dejó en blanco a Matagalpa y a la Costa Caribe, permitiéndoles tres y dos imparables respectivamente, dice que Everth Andino, segunda base de los Indígenas, le da dolor de cabeza. “Siempre se las ingenia para batearme”, admite.

Flores nunca pensó hacer otra cosa que no fuera jugar beisbol, tomó el riesgo en apostar su destino a la ruleta de la pelota y aunque no se ha sacado la lotería, esas pequeñas terminaciones de suerte las está agrandando. Invierte tiempo en su preparación física y mental, escucha los consejos de su mánager, Julio Vallejos, todo el tiempo y hasta ya piensa en su siguiente compromiso cuando debute como lanzador abridor en la Liga de Beisbol Profesional Nacional (LBPN) con los Indios del Bóer.

Fidencio desde que nació tenía el linaje para ser una estrella en nuestro beisbol, faltaba dinamitarla para que fuera expuesta al público.

 

Deportes Fidencio Flores León primera división archivo

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