La pasión por el mercado japonés
Empresarios de Nicaragua han mostrado interés en que el país participe como socio del tratado comercial transpacífico de cooperación económica, (TPP por sus siglas en ingles). Tratado que relaciona economías asiáticas, suramericanas y norteamericanas y que desde hace varios años se encuentra en trámites y en amplias discusiones comerciales entre las partes y sus poderes legislativos.
Ciertamente, los tratados comerciales son una oportunidad, que la pueden y deben aprovechar los países que tienen bienes y servicios para vender y dinero para comprar en esas relaciones comerciales. Es decir, se trata de tener qué vender y comprar, el TPP no es un asunto de admiración por las economías desarrolladas como la japonesa.
Admirar el comercio japonés, por ejemplo, no hace a Nicaragua tener mejores condiciones para participar en el tratado. Personalmente admiro la disciplina productiva y comercial de los japoneses, pero, es necesario saber que participar en un tratado con estos mercados, llevará al país a seguir como consumidor compulsivo, que compra con los pocos recursos temporales facilitados por el ahorro externo: las remesas familiares y los préstamos.
Los empresarios y los tomadores de decisión en el país deben analizar y evaluar los resultados de los tratados comerciales que ya hemos firmado y puesto en práctica, desde hace un poco más de dos décadas. Tampoco quiero decir, que las decisiones equivocadas sean condenables, sabemos que cuando tomamos una decisión en la administración pública, podemos equivocarnos, lo grave es mentirle a la ciudadanía diciéndole que la acción de firmar tratados comerciales ha sido un éxito en la economía nicaragüense, eso es una acción tonta y delictiva.
Todos sabemos que, de los tratados comerciales firmados, son las mismas empresas las que participan, las que aprovechan los compromisos internacionales. Ciertamente, los tratados comerciales no han ampliado las posibilidades de colocar nuevos y mejores productos nicaragüenses en el mercado norteamericano. Los TLC no han sido exitosos, por el contrario, estos cada día convierten al país en consumidor.
Nicaragua necesita mejorar su proceso productivo y agregar valor a los bienes que oferta al mercado internacional. El país debe diversificar su oferta de bienes y servicios para atender el mercado externo. La firma de los tratados comerciales no es asunto mágico, que con solo firmar ya somos de los países competitivos con las economías desarrolladas del planeta. Hay que reconocer que los cambios para lograr el enriquecimiento y el desarrollo sostenible no es cuestión de propaganda es un contenido de trabajo, innovación para producir riqueza y, además, saber invertirla.
Entonces, que Nicaragua no se vaya a embarcar firmando TPP para participar en mercados altamente desarrollados y multilaterales, mi sugerencia es que desarrollemos nuestras capacidades de producir moderna y competitivamente y explotemos las oportunidades que nos permite el Cafta, y los otros ya firmados.
Cirilo Antonio Otero.
La educación: un deber de todos
Leyendo un boletín escolar de educación primaria (segundo grado) me llené de satisfacción al saber que todo marcha bien, el documento constaba con notas de 80 (Aprendizaje Satisfactorio) y 90 (Aprendizaje Avanzado). Por curiosidad decidí examinar al niño y le invité que leyera un párrafo corto y sencillo, dándome cuenta que posee un cancaneo considerable y hasta llega a confundir los números naturales. La pregunta es: ¿Qué está pasando?
Esto es lo que estamos viviendo en el país, los maestros están obligados a darles el aprobado a los alumnos aunque estén aplazados y si esto es un reflejo de las letras y números ¿qué tan instruidos y cultos pueden ser nuestros infantes?
Partiendo de que la disciplina primordialmente se rige en el hogar y se moldea en la escuela, es muy probable que ante la ausencia de una buena educación, tristemente, “lo golpee la vida” y se convierta en un mal ciudadano con una vida impúdica, un carácter obstinado y un trato hacia sus semejantes rudo y grosero.
Si estoy en lo incierto, miremos diariamente la conducta de muchos nicaragüenses en donde se muestra la falta de valores cívicos y morales que tanta falta hacen hoy en día. Pero, ¿qué podemos hacer? Para Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
¡Padres! Instruyan a sus hijos, haciendo de ellos muchachos educados, responsables, respetuosos de sus mayores, mostrándoles los buenos y malos caminos de la vida. ¡Maestros! Aunque sus incentivos no son lo suficiente, dense a respetar ya que esta profesión requiere de vocación. Formen seres humildes, honestos, comprometidos, puntuales y con amor hacia la patria.
No permitamos que el mundo moderno secuestre las buenas costumbres, nuestra hermosa nación tiene valores que por ahora están ocultos debajo del tapete y que debe de ser compromiso de los pocos que quedamos recuperar y conquistar la justicia perdida, la ética y moral. Dijo Aristóteles: “Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto”.
Carlos Gabriel Berríos Munguía.
La ONU y la familia
La burocracia de derechos humanos de la ONU intenta armonizar la tradicional interpretación de familia que se remonta a la fundación de las Naciones Unidas, y que, de hecho, la define para el derecho y la política internacional, con un intento progresista y agresivo de ampliar su significado en el derecho y la política internacional para incluir las relaciones homosexuales. El resultado no es del todo coherente.
El informe cita varias disposiciones jurídicas vinculantes de tratados de derechos humanos, incluyendo la Declaración Universal, que excluyen la posibilidad de reconocer las relaciones homosexuales en el derecho y la política internacional. A la vez, enumera leyes recientes que equiparan las relaciones homosexuales con la familia en unos pocos países, en una sección que analiza leyes y políticas de familia.
Y, aunque el informe afirma que “las normas internacionales no establecen un concepto específico de familia”, la oficina de derechos humanos excluye la poligamia de lo que se reconoce internacionalmente como tal, sin explicar en base a qué podría hacer eso no habiendo una definición funcional de familia como la que se encuentra en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El informe también cita la Convención sobre los Derechos del Niño, que declara que la familia es el “grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, en particular de los niños” y al mismo tiempo promueve una “variedad de acuerdos” para atender y cuidar a los menores como capaces de constituir una familia, declarando explícitamente la equivalencia de “la familia nuclear, la familia extendida y otros acuerdos comunitarios tradicionales y modernos” a los efectos de la política internacional.
Estas contradicciones también fueron confirmadas por organizaciones no gubernamentales y académicos en una consulta que tuvo lugar en el otoño, durante la preparación del informe.
Jesús Domingo Martínez.
Error en cifras
En la noticia “Aumenta el consumo de gas en la ciudad” publicada el viernes 12 de agosto en la sección de Ámbitos erróneamente se publicó que el incremento en el consumo de petróleo en 2012 fue de 940 barriles, que en 2013 fue de 1,057 barriles y en 2014, 1,094 barriles y en 2015 fue de 1,233 barriles. Lo correcto debió ser, según las “Estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) que, a partir del 2012 comenzó a incrementar el consumo del gas licuado de petróleo, de tal manera que en ese año se consumieron 940,000 barriles, en el 2013 los nicaragüense usaron 1,057,000 barriles, en el 2014 se llegó a 1,094,000 y el año pasado se consumió de 1,233,000 barriles.
Ofrecemos disculpas a nuestros lectores por los inconvenientes que este error pudo ocasionar.
La Redactora.