Los trabajadores del sector minero gozan de empleos con protección social e ingresos muy superiores a los registrados en municipios donde esa actividad no está presente.
Esas familias poseen más activos que aquellas de otros territorios similares y las dimensiones de bienestar son mejores, destaca un estudio elaborado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), presentado ayer por su director ejecutivo, Juan Sebastián Chamorro, tras la inauguración del II Congreso Internacional de Minería 2016. Sin embargo, también refleja que en los municipios mineros el nivel de emprendimiento es menor.
Pero ¿qué es lo que ha marcado esa brecha? Chamorro explica que la presencia de actividades de minería en poblados que por años fueron pobres ha dado pautas de desarrollo integral entre aquellas familias cuyos ingresos dependen de esa actividad económica.
“También observamos que esas familias (mineras) tenían más activos que aquellas cuyas localidades no están ligadas a dicha actividad”, mencionó Chamorro durante la presentación del informe.
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LA MUESTRA
Los resultados surgen tras la realización de una encuesta socioeconómica a 394 hogares de trabajadores de tres minas metálicas y dos no metálicas.
“También tomamos en cuenta 50 hogares de trabajadores de la minería artesanal en Bonanza y 350 hogares de otros municipios donde no hay minería, pero que tenían características similares en 2005”, explicó Chamorro.
Los datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) que retoma el Banco Central de Nicaragua reflejan que la actividad de minas y cantera durante el 2015 registró a la institución una población de 4,958.
Dato que, según Chamorro, puede ser visto como bajo si se compara con otras actividades económicas, pero cuyo factor económico multiplicador ha sido clave en el desempeño de los territorios.
LOS RETOS DE LA POBLACIÓN
Uno de los principales retos que Chamorro ve como la oportunidad para incidir de forma positiva entre esas poblaciones es el hecho de no crear una marcada dependencia entre los poblados mineros, pues recordó que un día esas explotaciones tendrán que acabar y el estudio reveló que la dependencia de esas familias por la minería es alta.
“A pesar del elevado nivel de ingreso, algunas familias mineras aún enfrentan condiciones de vivienda que hay que mejorar, nos referimos a la construcción con que están edificadas sus casas y acceso a servicios básicos, como agua potable y energía eléctrica”, enumeró Chamorro en la presentación a empresarios e inversionistas.
También detectaron que la actividad minera no tiene una asociación directa en la educación de la niñez y adolescencia de las familias mineras.
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PESO ECONÓMICO
Según el presidente de la Cámara Minera de Nicaragua (Caminic), Sergio Ríos, en los últimos cinco años esa actividad ha logrado captar ingresos por 1,900 millones de dólares por exportación.
Y en 2015 el país captó 318 millones de dólares y hasta julio de este año otros 189 millones de dólares, todo esto aportado por los socios de Caminic, aseguró Ríos durante su discurso en el II Congreso Internacional de Minería 2015, que inició ayer.
En inversión, el presidente de Caminic asegura que el sector ha destinado 349 millones de dólares en los últimos tres años, lo que permitió que el oro se posicionara como el tercer producto de mayor exportación de Nicaragua.