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La muestra Ecos de la memoria de Berta Marenco exhiben obras de volcanes en erupción, naturalezas encendidas, mares en oleajes intensos o simplemente abstracciones puras. LAPRENSA/URIEL MOLINA

La muestra Ecos de la memoria de Berta Marenco exhiben obras de volcanes en erupción, naturalezas encendidas, mares en oleajes intensos o simplemente abstracciones puras. LAPRENSA/URIEL MOLINA

Berta Marenco y los ecos de su memoria en paisajes abstractos

En esta muestra con tendencia del expresionismo abstracto se podrán apreciar obras en diversos formatos de volcanes en erupción, naturalezas encendidas, mares en oleajes intensos o simplemente abstracciones más puras en diversas armonías tonales y movimientos.

Ecos de la memoria es la primera exposición personal de la pintora Berta Marenco que alude al amor, el dolor y el coraje de luchar por la vida y la esperanza, y será inaugurada el próximo miércoles 24 de agosto a las 6:30 p.m. en la Galería de Arte Contemporáneo Códice.

“Yo creo en la luz porque donde pega irradia su entorno, es vida y es amor en la oscuridad. Recuerdo el primer retrato que pinté en mi juventud estaba iluminado”, recuerda la artista.

Esta pintura al óleo ganó el primer lugar en un concurso de pintura intercolegial de la ciudad de Carazo, en 1966.

“Ella es una pintora que siempre ha tenido relación con el arte, la poesía y la publicidad”, dice su promotora Juanita Bermúdez, directora de Códice. Luego comenta que esta artista cuenta con una buena base del dibujo, pero en esta ocasión expone paisajes abstractos.

Para Marenco su exposición Ecos de la memoria recuerda parte de su vida, sus años dorados, pero también difíciles, y de sus experiencias de arte vividas en varios países con maestros diferentes.

En esta muestra con tendencia del expresionismo abstracto se podrán apreciar obras en diversos formatos de volcanes en erupción, naturalezas encendidas, mares en oleajes intensos o simplemente abstracciones más puras en diversas armonías tonales y movimientos.

Auxiliadora Marenco al reseñar la vida artística y emotiva de su hermana valora que “ella es un caleidoscopio de profundos matices, ecos de nuestra memoria” y “un rayito de sol que se asoma a la ventana de su alma grande”.

También observa que su vida cambió con la pérdida de las elecciones de 1990 ya que era diplomática; agudizada con la grave enfermedad de Juan, su esposo, pero salió vencedora del dolor y horror.

DE LA PRIMERA PROMOCIÓN

Nacida en 1949 en Granada, Marenco cuenta que desde niña se sintió atraída por el dibujo figurativo, su primera maestra de arte fue la madre Germana, monja española y pintora.

Revela que para entonces su padre, un hombre católico, se oponía que estudiara en la Escuela de Artes Plásticas, ya que parte de sus alumnos entonces vivían un ambiente de bohemia y cuestionaban los dogmas de la fe.

Recuerda que “él quería que estudiara carreras administrativas o Medicina, no obstante Marenco inició sus estudios en humanidades.

“Solo estudié un año, pero fue suficiente porque se me abrió el pensamiento en historia del arte, filosofía, sicología”.
Se decidió por estudiar la carrera de Diseño y Decoración de Interiores en el Instituto Politécnico de Nicaragua (hoy

Universidad Politécnica, Upoli), contó con maestros como Eliseo Picado de Cuba, y estuvo entre los egresados de la primera promoción de este centro de estudio en los años sesenta.

Su necesidad de alcanzar más conocimientos la llevó a estudiar Artes Plásticas en la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), en San José, Costa Rica.

A su regreso trabajó en el departamento de artesanías del Ministerio de Cultura, junto a Marta Zamora.
Todo es parte de su historia que hasta hoy reúne y cuenta, y que viene a integrar esta primera exposición de arte contemporáneo.

FORMACIÓN

Becada por la Organización de Estados Americanos, Berta Marenco se fue a varios ciudades de España, entre ellos Madrid y Cataluña, para estudiar arte popular decorativo, cerámica y tapices.

“Uruguay fue el otro país que me permitió crecer en las artes, visitaba constantemente las galerías de arte, museos y teatros”, dice la artista, quien para 1985 viajó en misión diplomática.

También en Nicaragua recibió clases del maestro español José Antonio Margalló.

“Todas estas experiencias me permitieron conocer técnicas artísticas y memorias de la cultura popular”, señala la pintora como parte de su formación artística y cultural.

Cultura Berta Marenco expresionismo abstracto pinturas archivo

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