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noni Nicaragua

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

Revive el negocio del noni en Nicaragua

Este emprendedor ha demostrado que una empresa puede superar hasta los baches más profundos si es persistente. Esta es la historia de Nicanoni, un negocio que revive.

Guillermo Baca estaba desempleado cuando su padre le puso entre las manos un curioso libro llegado desde Cuba. Días antes había decidido dejar su empleo como pescador en San Juan del Sur, hasta donde se había ido “a ganar vida” tras regresar del exterior después de trabajar en varios programas de ayuda humanitaria de un organismo internacional.

Al regresar de El Salvador, donde había prestado servicios humanitarios, Guillermo ante el desempleo decidió irse a San Juan del Sur a trabajar como pescador, pero al ver la falta de conciencia con el medioambiente (él propuso a los pescadores no capturar a peces hembras en época de desove y estos le desoyeron) decidió dejar ese oficio. “Nadie me secundó y como yo soy ambientalista no podía estar con un discurso por un lado y hacer cosas por otro lado”, sostiene Guillermo, quien es ingeniero agrónomo.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

Así fue como estando en su casa pensando en cómo encontrar un empleo para sostener a los seis miembros de su hogar, su padre le prestó un libro que comenzó a leer para “matar” el tiempo. Este contenía un compendio de investigaciones científicas relacionadas con un fruto que, de niño con frecuencia, se encontraba en el patio de su casa y que nunca se había interesado. “Cuando yo comencé a leer el libro yo dije: esto es una maravilla. Si una cuarta parte de lo que dice este libro fuera verdad, no debería haber más enfermedades en el mundo”, cuenta Guillermo visiblemente emocionado cuando recuerda aquel momento que marcaría el inicio de su vida como empresario del noni.

De inmediato recurrió al internet. Y ahí se enteró que hasta 2003 ya habían transcurrido 40 años de investigación sobre las bondades de este fruto. Guillermo relata que los beneficios del noni fueron descubiertos cuando en la Segunda Guerra Mundial un batallón de Estados Unidos se perdió en las montañas de la Polinesia, donde se pensó que aparecerían muertos o con desnutrición grave. “Cuando fueron encontrados tenían un estado físico mejor que cuando habían entrado a la montaña y se les preguntó: ¿cómo hicieron? y ellos respondieron que comiendo una fruta conocida como noni”, cuenta el emprendedor sobre lo que investigó en la red.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

NACE LA CURIOSIDAD

La curiosidad de Guillermo lo llevó a investigar más sobre aquel prometedor fruto, tanto así que llamó la atención de su mamá y al ver que estaba ido leyendo aquel libro, ella le comentó: “Mirá ese es el árbol que tenemos en Masachapa”, y fue así como recordó “que cuando estaba pequeño en varias ocasiones me había parado en aquella fruta madura”.

Corriendo tomó su vehículo y se fue a Masachapa, donde se trajo un saco de noni, luego se fue a los registros del Ministerio de Agricultura sobre los cultivos en Nicaragua donde leyó que efectivamente el fruto se desarrollaba en el Pacífico y el Atlántico.

“Andaba muy estresado, porque tenía seis hijos que mantener y solo estaba sobreviviendo con mis ahorros, los que se estaban agotando”, cuenta. Hizo un primer licuado de noni, el que se tomó “y yo sentí un efecto instantáneo, como que mi cuerpo se limpió, mi visión se aclaró”.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

Tal fue su sorpresa que la gastritis, que se había originado por sus preocupaciones, tras varias semanas de tomar el licuado de noni, desapareció, relata.

Comenzó a repartir dicha bebida entre sus allegados, principalmente entre aquellas personas que presentaban dolencias, incluido sus familiares.

Tres meses después de experimentar, incluida con personas que tenían cáncer y que aseguran se curaron, decidió introducir el producto al mercado nacional. “Aquí había oportunidad de negocios, las bondades de este fruto nadie lo conocía, y así fue que dije ‘voy de viaje’. Me aventuré”, afirma. Así nació su marca Nicanoni.

Sacó etiqueta, registró su marca, constituyó su empresa bajo el nombre Diagrosa y un año después ya generaba 20 empleos fijos. Incluso introdujo su producto a los supermercados y farmacias. Las ventas iban en crecimiento, cuyos ingresos alcanzaron los 10,000 dólares mensuales. “Yo trabajaba día y noche fabricando”, afirma.

R. FONSECA

En un inicio los licuados los hacía en la cocina de su casa. “Quemé tres licuadoras, pero las ventas eran una locura”, recuerda.

EL DECLIVE

Pero en el 2006 varios factores negativos se conjugaron que pusieron fin al auge de Nicanoni. En primer lugar, en el mercado local varios mitos sobre el consumo de noni comenzaron a aflorar: que el noni acorta la visión, que el noni provoca impotencia, etcétera. El empresario dice que todas esas afirmaciones son falsas, al menos científicamente no han sido probadas, lo que sí está comprobado es que el noni fortalece el sistema inmunológico y su consumo adecuado ayuda a combatir una serie de enfermedades.

Guillermo, su familia y trabajadores no pudieron hacer frente a la avalancha de rumores sobre los efectos del consumo de noni y poco a poco las ventas comenzaron a decaer. Sabían que la única forma de salvar el negocio era salir a los mercados internacionales, consiguieron a un comprador en Brasil, pero en ese momento estalla la crisis económica mundial y en Nicaragua los bancos comenzaron a frenar la entrega de crédito. Este fue el segundo hecho que marcaría el declive de Nicanoni.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

Las ventas se redujeron drásticamente. De comercializar 5,000 bebidas de noni mensuales esta cayó a 100 unidades. Tuvo que despedir a todo su personal y regresar a la cocina a preparar las bebidas.

EL RENACER

Hace un par de años, Guillermo decidió darle impulso a la empresa que aún mantiene con vida. Optó por diversificar su producción, a la bebida decidió darle valor agregado y además incorporó otros productos como el marango y el té de hojas de noni a su portafolio empresarial. “Yo le debo la vida a Nicanoni, porque tuve un cáncer de piel y me curé con el noni”, afirma.

Con el apoyo del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), Guillermo está enfocado en hacer crecer el negocio. Asiste a todas las ferias y tiene un local permanente en el Parque de Ferias ubicado en las inmediaciones de la Pista Suburbana.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

Cada mes ahora vende más de 1,000 unidades de productos. Ahora vende extracto de noni con miel de abeja, crema regeneradora de piel a base de este fruto, cápsulas de marango con noni, entre otros.

Además emplea a cuatro personas y su meta es ampliar en el mediano plazo su planilla. Ahora está en proceso la renovación de su licencia de permiso, en el Ministerio de Salud. Su instalación cuenta con certificados de buenas prácticas.

Guillermo cuenta con la maquinaria necesaria para procesar su producto, la que obtuvo durante la época de bonanza del negocio. “Nunca me comí toda la ganancia, siempre la reinvertí y además con el Gobierno he aplicado a programas de innovación tecnológica”, afirma.

Los productos de Nicanoni se venden en ferias de todo el país. LAPRENSA/R.FONSECA

En su fábrica tiene 20 tanques con capacidad de almacenar 1,200 litros de extracto de noni, equivalente a 80 quintales de frutas. El noni en un inicio lo cultivaba, pero ahora lo obtiene de una finca privada.
Su objetivo es reposicionarse en el mercado y exportar. Tiene capacidad para alistar cada mes un contenedor de productos. Esperan pronto regresar a los supermercados.

 

Contacto
Propietarios: Guillermo Baca Vaughan.
Dirección: Comarca Santo Domingo, Supercito Gourmet 2 cuadras al este, 15 varas al norte.
Correo electrónico: [email protected]
Teléfono: 22938516 / 86938384.

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