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Gabriela Selser. LAPRENSA/URIEL MOLINA

Gabriela Selser. LAPRENSA/URIEL MOLINA

10 razones para leer las crónicas de guerra de Nicaragua de Gabriela Selser

Gabriela Selser estrena Banderas y harapos: relatos de la revolución en Nicaragua, una memoria de lo que vivió como periodista.

Gabriela Selser estrena Banderas y harapos: relatos de la revolución en Nicaragua, una memoria de lo que vivió como periodista, conozca 10 razones para leerla.

1- En estos relatos Selser se sitúa como protagonista, entrevistadora, reportera y testigo de la historia. “Cuando se describían los combates en las noticias, estos eran heroicos, invencibles, nadie tenía miedo y angustias”, reflexiona Selser.

Por ejemplo se refiere al capítulo La fosa de los zopilotes. Le avisan de la muerte del comandante Enrique Smith, en el Corozo, Chontales, él dirigía las tropas especiales Pablo Úbeda (TPU) en una emboscada a 70 contras que murieron en un campo minado, sus cuerpos quedaron horriblemente destrozados.

2- Selser es hija del periodista argentino Gregorio Selser, quien tras el golpe del general Jorge Videla tuvo que exiliarse en México en 1976. Tres años después a Selser le llegan las noticias del triunfo de la revolución popular sandinista, su padre se oponía a su deseo de viajar a Nicaragua, era muy joven y temía por su seguridad, no obstante debido a su insistencia le pidió un argumento convincente, a lo que Gabriela le respondió: “Vos escribiste mucha teoría, yo quiero hacer la práctica”.

3-Entonces tenía 19 años y soñaba con una revolución humanista, y no en la que se convertiría años después, en una sangrienta guerra civil, y en lo personal en recuerdos de dolor, miedos y pesadillas repetitivas de la guerra.

4- Comenzó a reescribir sus crónicas, Banderas y harapos: relatos de la revolución en Nicaragua, con páginas cargadas de emotivos recuerdos de experiencias como alfabetizadora en Waslala. Y crónicas relevantes como corresponsal de guerra de la Agencia Nueva Nicaragua, ANN, luego de Barricada, hasta 1988, pero revelándonos historias que ese tiempo no pudo contar por el control político y militar que el FSLN ejercía en estos medios, ahora desaparecidos.

5- También se refiere a titulares: “Barricada titulada: ‘Las bestias de la CIA, los mercenarios, los agentes…’, en mi libro pongo que eran campesinos, el 98 por ciento de la base de más de 30 mil contras en sus filas”, rememora Selser.

En Macuelizo hubo una desbandada de combatientes, el periódico Barricada dijo fue un “repliegue táctico”. Uno de los jóvenes murió ensangrentado en sus brazos. Fueron horas de terror y temblor.

6- Así viajó a otros escenarios de guerra en Murra, Quilalí, Telpaneca, en el sur del país a cubrir la Operación Soberanía que desmanteló cuarteles de Alianza Democrática (ARDE) que dirigió Pastora. La caída del avión C-123K en el que viajaba Eugene Hasenfus, un estadounidense capturado en El Tule. En sus muchas coberturas le acompañaron fotógrafos como el costarricense Roberto Miranda, Carlos Durán, entre otros.

7- En el capítulo Cortázar y las naranjas de Bismuna, Selser narra que en 1983 estuvo con el escritor Julio Cortázar en la frontera con Honduras y que este ayudó a cavar trincheras. La región estaba desolada por la guerra.
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Revela cómo se vivían los ambientes en los años ochenta, las medidas de racionamiento de la comida, el servicio militar y la inflación monetaria hicieron que miles de personas emigraran a otros países huyendo de la crisis y la guerra.

9- Sus crónicas abordan cómo hasta una broma era sujeta de investigación por los órganos de inteligencia del Ejército Sandinista, al respecto uno de los capítulos del libro recuerda una nota que escribió sobre unos evangélicos.

10- En 1992 retorna a México y colabora para los diarios El Día, El Nacional, y la Agencia Francesa de Prensa (AFP). Regresa a Nicaragua en 1995 como corresponsal de la Agencia Alemana de Prensa (DPA).


 

“Gabriela Selser cuenta su vida en la revolución con una prosa de envidiable exactitud y hermosura, acudiendo a la cauda de sus recuerdos de alfabetizadora adolescente primero, y de periodista juvenil después”

Sergio Ramírez, escritor


 

PORTADA
¿DÓNDE ADQUIRIRLO?

El libro Banderas y harapos: relatos de la revolución en Nicaragua, estará en las librerías de Hispamer en el día de su presentación; y en Literato y Anama.

TOME NOTA

Banderas y harapos, libro de Gabriela Selser se presentará el jueves 8 de septiembre a las 6:00 p.m., Aula Magna César Jerez de la Universidad Centroamericana. Sergio Ramírez y Martha Cabrera comentarán el libro. Entrada gratis.

 

Cultura BANDERAS Y HARAPOS GABRIELA SELSER revolución archivo

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COMENTARIOS

  1. Trinidad
    Hace 8 años

    La gente joven no vivio ese pasado y para ellos son solo historias. Pero si no conocen la historia están condenados a vivirla nuevamente.

  2. Sin tapujos
    Hace 8 años

    Espero que le vaya muy bien en las ventas. En lo personal quisiera no haber vivido la guerra, ya no quiero que me sigan hablando de la guerra en Nicaragua, ya no quiero seguir oyendo más testimonios, no hemos dejado la guerra, y eso es triste. Vivimos en una guerra permanente, más triste. Honestamente: estoy harto del pasado! Nos permiten vivir y al menos soñar un poquito en un futuro?

    1. Marcelo
      Hace 8 años

      A nadie le gusta hermano, pero si nos olvidamos del pasado y no aprendemos de ello entonces el pasado se repite. Además, como olvidar el pasado si Ortega esta allí, en el poder, por tanto tiempo?

  3. Marcelo
    Hace 8 años

    Conocí a Gabriela en 1984, fui voluntario a los batallones sanitarios de reenfuerzo y reemplazos BSRR de la Escuela de Medicina de la UNAN Managua, fui asignado al BLI Simon Bolivar que operaba en ese entonces en las Montañas de Waslala. Fue alli la primera vez que una compañía integrada exclusivamente por reclutas del servicio militar chocó con tropas Contras desde el inicio de la guerra y esto ocurrio en el área de Cerro Verde, Waslala. A ella la recuerdo como una mujer valiente, estuvo donde la acción real ocurrió, en la linea de combate. Sin duda su libro sera una recopilación de hechos históricos, para la generación que los vivió un recuerdo amargos. Para las generaciones presentes una enseñanza.

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