Las remesas provenientes de Costa Rica cayeron 3.0% respecto al año anterior. El monto promedio según el BCN ascendió a US$131.9, inferior a los US$155.8 del 2015.
Once cuartones de madera que ya habían cumplido su función en Costa Rica, dos mesas de madera de segundo uso y una bolsa plástica llena de ropa, zapatos usados y alimentos fue la última encomienda que días atrás Juana González envió a sus familiares en Nicaragua.
Aunque ya se casó y tiene una hija de 10 años en este país a la que apoya en su manutención, González sigue siendo el sustento de sus padres en Masaya. También colabora económicamente con una tía soltera y sus hermanos viviendo en esa ciudad.
A ellos les envía los 15 y 30 dólares de cada mes, entre la nostalgia por no tenerlos cerca, remesas en efectivo y en especie.
Las de especie son paquetes o encomiendas, como las mencionadas anteriormente, que así como el dinero en efectivo ayudan en la manutención de hogares en Nicaragua, una actividad medida con poca amplitud oficialmente por los países, pero que tampoco pasa inadvertida.
“Siempre envío encomiendas porque uno compra más barato aquí un mueble, una cama o una refri (refrigeradora). Si uno tiene el dinero lo compra pensando en que puede servirle a la familia”, relata esta mujer de 43 años, quien vino a Costa Rica desde los 19 años y ahora labora como niñera en Escazú.
“Como son cosas de segunda, uno no duda en comprarlas. O a veces los patrones no ocupan cosas y nos las regalan. Uno ve que todo eso puede servirle a los familiares y lo manda”, añade.
170,000 REMESANTES NICAS
Según la investigación de campo Aspectos Socioeconómicos de las Remesas Familiares 2014, elaborada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), para el 2014 el 11 por ciento de los inmigrantes nicaragüenses que enviaron remesas a Nicaragua lo hicieron en especie.
En Costa Rica, según el estudio, viven 281,985 nicaragüenses. De los que envían recursos a Nicaragua, que son unos 170 mil; 18,791 enviaron encomiendas a Nicaragua, para un monto equivalente a US$8,118,000 en 2014.
Aunque suena una enorme cantidad, según una fuente del BCCR vinculada al estudio que no quiso ser citada oficialmente, la actividad por remesas en especie a Nicaragua es tan poco significativa que no amerita un estudio anual. Por ello, las cifras se levantan cada dos años mediante encuesta.
“No consideramos que tenga relevancia suficiente como para hacer un estudio más periódico”, dijo la fuente.
“Las remesas que se envían en especie es un regalo u obsequio a la familia que muchas veces va ayudar a la manutención del hogar. Así como son las remesas en dinero, puede ser algún bien como ropa, zapatos, útiles en la escuela que aquí los adquieren a un precio menor o incluso regalados, porque a veces ellos obtienen cosas regaladas en lugares de trabajo y que están en capacidad de enviarlos a sus familiares”, añadió.
NEGOCIOS FLORECIERON CON ENCOMIENDAS
En los alrededores del parque La Merced, punto de reunión de los nicaragüenses en San José, funcionan una serie de negocios para satisfacer sus necesidades, incluidos los de envíos de encomiendas.
Cerca de 40 negocios parecidos conforman una actividad económica que es más visible los fines de semana, generan empleos y mueven a otros como suministro de transporte para el traslado de paqueterías y ventas de comidas.
Uno de los negocios, quizá el más grande de todos, es el de Jorge Salinas, un leonés que emigró a Costa Rica después del huracán Mitch en 1998, con la visión de instalar con apenas 500 dólares un negocio de este tipo.
Primero, empezó recibiendo paquetes de sus clientes al aire libre, en el parque La Merced, durante un fin de semana por quincena, para llevarlos a León.
El negocio creció y ahora cada noche de domingo, todas las semanas, dos camiones con capacidad de ocho toneladas cada uno (nunca viaja con todo el tonelaje de carga) parten de los alrededores de La Merced, donde está la oficina central, con la paquetería.
“Somos recepción y envíos de encomiendas a Nicaragua, atendemos de 300 a 400 clientes. La gente nos visita a la oficina en el local en San José, traen sus encomiendas y le damos su respectivo recibo porque estamos legales en Costa Rica, estamos inscritos en tributación y pagamos impuestos en aduanas de Peñas Blancas”, explica.
Las oficinas centrales en Nicaragua las tiene en León, pero las distribuye por todo el país en 34 puntos de entrega ubicados en los departamentos entre martes y jueves.
“Hay una variedad de envíos. Están los comestibles para el diario como arroz y frijoles, ropa, zapatos, útiles escolares, electrodomésticos de todo tipo, algunas remesas en efectivo”, añade.
La actividad inicia en Nicaragua. Los familiares envían algunos productos nostálgicos que pueden ser ingresados por la vía legal a Costa Rica, como rosquillas, pinol o cuajadas. No obstante, todos no pueden ser cruzados a Costa Rica por los estrictos controles aduaneros en Peñas Blancas.
“De Nicaragua traemos a lo sumo medio camión de encomiendas. No se pueden traer medicinas y productos perecederos generalmente”, explica Salinas.
Los camiones o autobuses llegan de Nicaragua el viernes a los negocios de los alrededores de La Merced. Durante el sábado y parte del domingo, un hormigueo de gente circula por estos negocios para dejar la paquetería que también incluye artículos nuevos o usados como lavadoras, equipos de sonido, camas, colchones, refrigeradoras y otros.
LOS COSTOS DE ENVÍO
Según Salinas, el costo más barato para enviar un paquete es de tres mil colones (más de 5 dólares), el de una lavadora usada 60 dólares y si es nueva entre 100 y 120 dólares porque aumentó el impuesto aduanal en la frontera.
Los clientes son la masa trabajadora nicaragüense en este país servidoras domésticas, trabajadores agrícolas, de la construcción y guardas de seguridad.
Los camiones y autobuses parten cargados durante la tarde y noche del domingo. Llegan a Nicaragua el lunes para empezar la distribución.
“Se ha logrado ese objetivo social de unir a la familia, eso es lo más gratificante, el mayor pago que uno puede recibir”, cuenta Salinas. “No sé cómo les va a otros encomenderos, pero nosotros o nos mantenemos estable o subimos, por la gracia de Dios. En Costa Rica hemos creado unos ocho empleos. Pensamos abrir dos agencias más en el país”, puntualizó.
DESCENSO EN LOS ENVÍOS
Desde el año 2010, cuando el 22 por ciento de los nicaragüenses que envían recursos a Nicaragua lo hizo en especie, la tendencia ha ido a la baja, porque dos años después, en 2012, el porcentaje de pinoleros enviando encomiendas fue del 15 por ciento, 4 por ciento más que en 2014.
Lo que ha fluctuado es el valor de cada encomienda por persona. En 2010 cada paquete o remesa tenía un costo promedio de 30 dólares, en 2014 fue de 26 dólares y para 2014 su costo era de 36 dólares.
“Me parece que esta actividad aún se da porque Nicaragua es un país que está relativamente cerca, es fácil hacer ese traslado de mercancía desde Costa Rica; pero creo que es menos la remesa en especie por los encomenderos informales. La gente envía más remesas en dinero porque cada vez es más fácil enviar por las empresas (remeseras), es barato y muy seguro. Las de especie son una forma de expresar cercanía, cariño, sentimiento emocional nostálgico”, dijo la fuente del BCCR.
IMPACTO DE LAS REMESAS
La economía nicaragüense durante el primer trimestre de 2016 recibió 302.3 millones de dólares en remesas, lo que significó un crecimiento de 4.5 por ciento con respecto al mismo período de 2015 (US$289.2 millones), según el Banco Central de Nicaragua. Dicho resultado fue explicado por la mejora en la economía de los principales países emisores de este tipo de transferencias.
Según el BCN, las remesas en dicho período, representaron 9.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estimado para el primer trimestre de este año y tuvieron un efecto positivo en el ingreso secundario de la Balanza de Pagos y la disminución del déficit en cuenta corriente.