El editorial de LA PRENSA, del pasado 19 de agosto, analizó el comunicado dado a conocer por la Unión Europea (UE) y nos dejó sobre la mesa un tema que si se ahonda en él, muy bien podría ser la tabla de salvación que los nicaragüenses necesitamos, para evitarnos pasar nuevamente por la dolorosa experiencia de sufrimiento y muerte que han dejado los dictadores en su huida cuando el pueblo se rebela contra ellos.
La frase textual del editorial dice: “La declaración de la UE conlleva, a nuestro juicio, la propuesta o sugerencia de que en Nicaragua se hagan unas elecciones verdaderas, abiertas, competitivas y transparentes. Lo cual podría ser acordado en un diálogo del Gobierno con la oposición con el respaldo de la comunidad internacional, como fue con las elecciones de 1990. Sin embargo, esto requiere que Ortega recupere la razón y la inteligencia política que dicen que tiene”.
Por supuesto, el editorial, cuando habla de la oposición se refiere a la verdadera oposición, esa que está rompiendo el cascarón y no a la que se está prestando a la farsa electoral del próximo 6 de noviembre, que se ha quitado la máscara entregándose por completo sin pudor ni rubor alguno en los brazos del gobierno. No es por casualidad que todos juntos, PLC, PC, APRE, el PLI de Pedro el suertudo y ALN, según la última encuesta de M&R no llegan al diez por ciento de intención de voto.
¿Qué posibilidades tiene esta iniciativa? Si tengo que responder ahora mismo, mi repuesta es ninguna, pero aun así estamos en la obligación no solo de auscultarla si no que proponerla, hacerla nuestra para que quede constancia que hicimos lo posible por evitar lo que inevitablemente vendrá después que se cierre el telón y don Roberto y sus secuaces den a conocer el resultado de la adjudicación de votos, en la que por supuesto el gobierno se servirá con cuchara grande.
Dios confunde a quien quiere perder, reza un párrafo de la Biblia y en este caso, la soberbia y prepotencia del gobierno, no les deja ver la repulsa mundial que está recibiendo el mamotreto de elecciones que se mandaron a hacer. La UE, los americanos y los gobiernos democráticos latinoamericanos ya se han pronunciado, lo mismos que los principales diarios del mundo que también han repudiado la actual farsa electoral en sus respectivos editoriales.
¿Qué hacemos para hacer entrar en razón al gobierno? A mi juicio dejemos a un lado la discusión de si votamos o no votamos y abracemos como náufragos al salvavidas, la iniciativa de la UE y unidos todos exijamos la nulidad de esta farsa electoral y la realización de unas elecciones verdaderas, con la asistencia de organismos internacionales de prestigio y por supuesto con la participación de los partidos proscritos por el gobierno y si los actuales zancudos quieren exponerse al ridículo que se inscriban también.
Solo así podremos devolver a Nicaragua la paz social, el clima económico que los empresarios reclaman y por sobre todas las cosas, estaríamos evitando repetir los sucesos que culminaron con el 19 de julio de 1979, cuando Somoza, lleno de soberbia, le dio la espalda al pueblo y los sucesos que precedieron al 25 de febrero de 1990.
Hasta la fecha, más de cincuenta mil patriotas han ofrendado sus vidas en nuestra lucha por vivir en democracia, ¿Cuántos más tendremos que seguirlos? La repuesta está en la cancha del gobierno.
El autor es analista político.