Los cielos de Nicaragua se mezclan con los cielos de Costa Rica, en la nueva obra visual, El Cianómetro del arquitecto y artista Marcos Agudelo, esta vez como parte de la Décima Bienal Centroamericana de arte que se exhibe en San José, Costa Rica, a partir del miércoles 31 de agosto y hasta el 30 de septiembre en diferentes localidades.
Agudelo ha intervenido un kiosco del parque central de San José frente a la Catedral. “Este kiosco (así como el extinto parque central en que se encontraba) fue un regalo del dictador nicaragüense Anastasio Somoza García al presidente costarricense Rafael Calderón Guardia, lo diseñó el arquitecto Víctor Sabater y su estilo es Art Deco”, explica el artista.
EL ACORDEÓN DE CIELOS
También agrega que su idea fue disponer las fotos de ambos cielos en una superficie en anillo con paneles colocados a la manera de un acordeón (o sierra si se ve en planta), alternando las imágenes intercaladas de pedazos del cielo de San José y de Managua. De manera que son dos cielos superpuestos, entrecortados, rotos, fragmentados”.
Como en un juego de espejos, el arquitecto advierte: “Si uno se fija en el lado izquierdo del acordeón se compone la imagen del cielo costarricense, si uno ve el lado derecho observa el cielo de Nicaragua. Esto sucede constantemente en la medida en que uno va caminando alrededor de la estructura. Es un juego óptico”.
De su intervención Agudelo hace notar que se inspiró en la geometría, el diseño, “también busqué una belleza abstraída de los significados implícitos de la obra. La relación compleja entre Nicaragua y Costa Rica y esa bipolar interacción entre lo fraterno y lo difícil”.
Sin embargo, relata que El Cianómetro fue un artefacto utilizado por el explorador y científico alemán Alexander von Humboldt. y un instrumento inventado por el padre del alpinismo, el suizo Horace-Bénédict de Saussure en el siglo XVII donde se inspiró.
FOTOGRAFÍAS
Para la construcción de la obra, Agudelo se dedicó a fotografiar en alta definición el cielo de Managua y Costa Rica, y tener el registro de las variaciones del cian que podía presentar los mismos.
Agudelo al finalizar el diálogo menciona : “Podríamos plantearnos las siguientes reflexiones al contemplar la pieza (o no, simplemente deleitarnos con el juego visual-geométrico): ¿qué es el cielo para los nicas?, ¿qué es el cielo para los ticos?, ¿es un cielo común o son dos cielos que se entrecortan para formar dibujos diferentes?”
MONTAJES
Sobre el montaje, Agudelo dice que ha sido un trabajo extenuante y de mucha precisión. “Las impresiones se mandaron desde Panamá, del estudio Articruz: se utilizaron plotters muy sofisticados. Trabajamos con un equipo de carpinteros nicaragüenses”.
Sobre el lugar donde ha montado su obra, explica que “curiosamente no mucha gente maneja la información de que este fuera un regalo de Somoza a Costa Rica.
El hecho de haber escogido este sitio tiene más connotaciones poéticas relacionadas con nuestra fatal historia Centroamericana. Pero no es un ingrediente de mucho peso para esta obra en sí. Yo estoy hablando de otras cosas, no del tema tan trillado de las dictaduras”.