El miércoles 24 de agosto publicamos en nuestra sección de artículos de opinión, Voces, uno del periodista, escritor y académico estadounidense, Stephen Kinzer, titulado Dinastías peligrosas.
En su escrito Kinzer se refiere al hecho, insólito, de que habiendo sufrido Nicaragua en el siglo pasado la dictadura dinástica de la familia Somoza, ahora ha caído en poder de una nueva dinastía, la de Ortega-Murillo. ¿Cómo se explica eso?
Kinzer es un buen conocedor de la historia de Nicaragua desde comienzos del siglo pasado hasta ahora. Durante las guerras civiles de los años 70 y 80, fue corresponsal de los grandes periódicos estadounidenses Boston Globe y The New York Times, recorrió el país entero, habló con mucha gente, estuvo en los frentes de batalla y fue testigo directo de aquellos acontecimientos violentos que conmovieron y cambiaron a Nicaragua.
De su experiencia personal en Nicaragua surgió el libro de Stephen Kinzer, Blood of Brothers, life and war in Nicaragua (Sangre de Hermanos, vida y guerra en Nicaragua), que se une a otras excelentes obras escritas por él sobre acontecimientos históricos ocurridos, con participación de los Estados Unidos, en distintas partes del mundo como Guatemala e Irán.
Kinzer ejerce ahora una cátedra en la Universidad de Boston y escribe artículos en el Boston Globe, del que tomamos, con su debida autorización, el artículo sobre las dinastías en Nicaragua que publicamos la semana pasada.
Gracias a sus intensos años de trabajo periodístico en Nicaragua, Kinzer produjo y coleccionó muchos documentos que ahora tienen un inmenso valor histórico, los cuales donó a la biblioteca de la Universidad de Boston y se encuentran allí, bajo el título de Colección Kinzer, para ser consultados por quienes quieran conocer, estudiar y entender ese tramo de la historia nicaragüense.
Kinzer se muestra sorprendido de que se haya establecido en Nicaragua, otra vez, una dictadura familiar dinástica, de los Ortega-Murillo, después que padeció la de los Somoza. “En el hemisferio occidental, la dinastía de la familia Somoza fue la más prolongada y sangrienta, a través de esta gobernaron Nicaragua por casi medio siglo. Ahora, un nuevo régimen familiar está emergiendo en América Latina. Asombrosamente —o tal vez predeciblemente— está ocurriendo otra vez en Nicaragua”, dice el académico estadounidense en el artículo publicado en el Boston Globe y reproducido en LA PRENSA.
La palabra clave de esta reflexión es “predeciblemente”. Significa que se podía predecir que en Nicaragua se volvería a establecer una dictadura y además dinástica como la somocista. ¿Será que los nicaragüenses estamos condenados a repetir de la historia sus capítulos más oprobiosos? ¿Es que por algún fatalismo histórico estamos sentenciados a ser oprimidos siempre, con algunos intervalos, por caudillos autoritarios y corruptos?
Da vergüenza que nos vean así. Pero los nicaragüenses, como decía recientemente el obispo emérito de Granada, monseñor Bernardo Hombach, tenemos el gobierno que merecemos, ya que no hemos podido impedir que políticos corruptos trafiquen con el poder y cambien el oro de la democracia por la hojalata de la dictadura.