En tres meses el orteguismo arrasó con todo lo que podría significar un obstáculo en la consolidación de su poder político y familiar, lo que ha tenido resonancia a nivel nacional e internacional, pero ahora viene la consolidación del poder económico, según los expertos.
En estas elecciones, Ortega garantiza su segundo mandato consecutivo para otro período de cinco años, de la mano de su esposa Rosario Murillo y ahora con el control total de los cuatro poderes del Estado y sin oposición en ninguna institución pública.
Irving Dávila, teniente coronel en retiro y miembro de la Coordinadora Civil, valoró que el nombramiento de Murillo como fórmula “significa el mecanismo de solución de la continuidad del poder en la familia, asentando una dinastía”.
“La fortuna y el poder es necesario sustentarlo y no tienen confianza en otros sectores más que en la familia”, expresó el militar en retiro y experto en temas de gobernabilidad.
Desde que Ortega regresó al poder en 2007, comenzó a recibir créditos de Venezuela que entre 2008 y 2014 alcanzaron los 3,303 millones de dólares, según cifras del Banco Central, los cuales se han manejado al margen del Presupuesto General de la República de Nicaragua.
El politólogo José Antonio Peraza opina que al asegurarse la continuidad en el poder, Ortega también está asegurando el control de los millones de dólares de la cooperación venezolana, que se han manejado todo este tiempo de manera discrecional.
“El Frente Sandinista quiere consolidar su poder económico, porque el poder político ya lo tiene, pero el poder económico no está dispuesto a soltarlo y por lo tanto se va a imponer el criterio del partido sobre la voluntad de los ciudadanos para lograr esto a toda costa”, dijo Peraza.
VIENE APROBACIÓN DE DEUDA PÚBLICA
Según Peraza, Ortega tampoco está dispuesto a perder el control de la Asamblea Nacional, donde lo próximo que viene es convertir en deuda pública, la deuda privada con Venezuela.
Pero además, Peraza valora que el FSLN ya no va a aceptar un resultado de 62 diputados, como los logrados con el 62 por ciento de los votos en las cuestionadas y fraudulentas elecciones generales de 2011, porque sería proyectar que están igual, por lo que Peraza calcula que se “autorrecetarán” entre 70 y 72 diputados.
“No quieren una sociedad donde el poder sea competitivo. Básicamente lo que quieren es un partido hegemónico, van a jugar la formalidad democrática, para decir que es hegemónico, pero en realidad se trata de un partido único y ya es un partido único”, dijo Peraza.
CSE SIN CREDIBILIDAD
El principal aliado de Ortega para la consolidación del poder político ha sido el Consejo Supremo Electoral (CSE), encabezado por Roberto Rivas Reyes, quien ha permitido en las últimas cuatro elecciones que los miembros del FSLN tomen el control de la estructura electoral y manipulen los resultados a favor de ese partido.
Dávila recuerda que el CSE ha sido denunciado por fraude electoral desde las elecciones municipales de 2008. La sociedad civil, los partidos políticos, la Iglesia católica y el sector empresarial han demandando en reiteradas ocasiones cambios en la dirección del CSE para que regrese la credibilidad y confianza en las elecciones.
SIN RIVAL EN LAS ELECCIONES
El politólogo José Antonio Peraza valora que debido a que el FSLN no tendrá rival en las votaciones del 6 de noviembre no pueden considerarse ni competitivas ni legítimas, ni pueden llamarse elecciones.
“Estamos ante un proceso electoral donde yo no tengo la posibilidad de escoger candidato”.
28 fueron los diputados opositores que el orteguismo destituyó para asegurarse el control total, sin contrapeso, en la Asamblea Nacional.