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Cartas al Director

Cartas al Director

La ceguera por el poder aumenta la ignorancia y reduce la capacidad de discernir de los gobernantes que ocupan este puesto

El principio del fin
La ceguera por el poder aumenta la ignorancia y reduce la capacidad de discernir de los gobernantes que ocupan este puesto no por sus méritos, sino por las condiciones creadas por sus “oponentes” y aprovechadas por sus seguidores.

El eterno candidato y propietario del FSLN no se da cuenta que ha cometido el peor error, entre tantos hasta hoy, al inscribir como su compañera de fórmula a su esposa, amparado en un sistema electoral y judicial corruptos y en una Asamblea Nacional obediente y puestos a sus pies para cumplir su voluntad.

Para nadie es un secreto la lucha intestina que esta singular pareja ha mantenido por el control del partido, trasladada luego al Gobierno, dividiéndolos en dos bandos: los fanáticos orteguistas y los fanáticos chamucos, llegando la poderosa primera dama a restarle popularidad dentro del partido a su esposo, logrando reducir dentro del Gobierno su protagonismo, dejándolo prácticamente con la función de jefe de la Policía y del Ejército, en donde los cargos y rangos, desde directores generales hasta puestos de menor relevancia, son otorgados de acuerdo con la fidelidad demostrada al “comandante”, y llegar ella a controlar el resto de ministerios dependientes del ejecutivo.

De igual manera ha llegado a tener el control total en las alcaldías dirigidas por candidatos sandinistas, dirigiendo desde su casa las políticas municipales. La lucha por el control de los demás poderes del Estado, y ahora subordinados al ejecutivo, es también evidente en la actualidad y podemos observar cómo se dividen en magistrados y diputados fieles a uno y otro personaje.

El comandante  no se detuvo a pensar que si esta señora desde un puesto no oficial ha llegado a restarle tanto poder, desde un puesto de elección popular pronto lo borrará del escenario, invirtiendo los papeles, convirtiendo ahora al presidente en una figura decorativa, a como lo ha venido siendo el vicepresidente históricamente, situación que forzosamente llevará a una mayor degeneración del partido y a un aumento de los niveles, ya excesivos, de corrupción en el Estado.

En todo caso, esta decisión de convertir a Nicaragua en patrimonio familiar, será el inicio del fin de la dictadura que hasta ahora ha construido el comandante  porque todos conocemos el estilo de gobernar de la primera dama y sabemos que detrás de esa dulce voz llamando a todos hermanos y hermanas, y de esa invocación hipócrita a los santos del día, se esconde una mano de hierro que no duda en usar para imponer su ley y de lo cual ya estamos hartos los nicaragüenses, incluyendo una buena parte de sus hasta ahora fieles seguidores.

Comandante, no hay peor cuña que la del mismo palo.
Francisco Javier Gutiérrez Lagos.

 

El obispo Rolando
Los matagalpinos esperamos todo un año para que el Vaticano nos mandara nuestro noveno obispo y  cuando llegó resultó el más humilde de todos, sin lujosas credenciales, grandes títulos o encumbradas recomendaciones. El papa Benedicto XVI, de origen alemán, tenía que lucirse al hacer su último nombramiento, como lo haría un pícher de grandes ligas que está tirando juego perfecto y enfrenta al último bateador. Aseguran que el santo papa, sin poder ubicar en el mapa a la diminuta Nicaragua, sabía lo que necesitábamos y se inspiró en la estatua de Rolando que tiene 700 años de estar en Bremen de su natal Alemania y aún conserva en su pedestal la sagrada leyenda; “mientras Rolando esté de pie nuestra ciudad será libre”.

Rolando Álvarez conoció de sufrimientos desde su juventud,  incluso cárcel en la primera dictadura de Daniel Ortega por su “gran pecado” de ser el líder de la pastoral juvenil. Ya como un matagalpino más se hace líder de los cristianos y amigo de todos, personalmente enfrentó a la poderosa compañía minera que supuestamente ya había entregado la millonaria coima al orteguismo para iniciar trabajos a cielo abierto y destruir lo único que queda de montaña en el corazón del país, contaminar los ríos para que desapareciera la población desde Yaoska hasta el pueblo de Rancho Grande, toda la población de estos lugares marchó junto con su guía espiritual obligando al gobierno, uno de los más corruptos de América, a suspender el desastroso proyecto de exterminio, el orteguismo terminó odiando al obispo y las amenazas de muerte no tardaron en llegar, llegaron a la ridiculez de prohibirle las visitas al sistema penitenciario donde el obispo les llevaba a 600 presos una palabra de fe y esperanza además de comida y artículos de primera necesidad para los reclusos.

El país está entrando en una senda peligrosa por la desmedida ambición del matrimonio gobernante que son los candidatos de las elecciones de noviembre, están corriendo con los micropartidos colaboradores más conocidos como zancudos, porque a la verdadera oposición les quitaron el partido, expulsaron de la Asamblea Nacional a 28 diputados de oposición que denunciaban la galopante corrupción estatal en este país uno de los más pobres de América.

El obispo valientemente ha denunciado esta crisis diciendo que estas elecciones son un desastre; el 80 por ciento de la población no conoce a los candidatos de la “oposición” que la población señala de zancudos, aquí no gobierna la ley si no la voluntad de los poderosos, contará los votos el mismo Consejo Electoral de los cuatro fraudes  anteriores, amplios sectores  califican a esto como una farsa electoral, solo en Nicaragua es que vemos cosas que no se ven en otras partes del mundo, el verdadero católico no puede prestarse al fraude, a la farsa electoral ni a la corrupción. Nuestro obispo Rolando está de pie luchando contra las tinieblas que no permiten que nuestra nación sea libre y democrática, apoyémosle.
Leopoldo Villalta López.

 

Viaje a Suiza
Quiero compartir con los lectores de LA PRENSA la experiencia del viaje que hice recientemente a mi patria de origen, Suiza.

El primer día en la bella capital Berna, había elecciones de la ONG Ayuda Obrera Suiza (AOS) en el Bundeshaus Berna, donde se reúnen los parlamentarios suizos. Encontré amigos de Ginebra, México, España, Costa Rica, Israel y muchos más. Yo era allí el único de Nicaragua.

Hubo una pausa de mediodía para el almuerzo, con música militar y el himno nacional suizo, ahora con un nuevo texto estuvo presente el Consejero Nacional, señor Didier Burkhalter, quien es el jefe del Ministerio de Exterior, a quien entregué personalmente una bolsa de café nicaragüense. Fue una comida de Raclette y conocí nuevos amigos, suizos y del extranjero: Raúl y su esposa que viven en San Pablo, Brasil, y representantes de la escuela italiana de Milán, Italia.

El segundo día nos reunimos en el Casino de Berna, donde gente importante de las cuatro regiones de idiomas suizos hablaba de las megaciudades que vamos a tener dentro de treinta años, principalmente Shangai, Tokio y El Cairo, con 80 millones de habitantes. No olvidándose de  Boston, Filadelfia y Nueva York con un total aproximado de 150 millones de habitantes. La mayoría de los participantes en este acto eran suizos que viven en los países fronterizos: Francia y Alemania.

El tercer día fue la excursión a las casas campesinas de Ballenberg, Cantón de Berna, a donde fueron la mayoría de los suizos del extranjero a ver casas con una edad de más de 300 años, con sus salchichas ahumadas y queso especial de la región llamado Motschli. Otra vez conociendo nuevos amigos de Berlín, Bruselas y Vaduz, la capital de Liechtenstein, que es más conocido por sus compañías,  con solamente un apartado postal, donde reina también el franco suizo que vale, desde hace varios años, más que el dólar de Estados Unidos.

Después tomamos el bus (Car en suizo-alemán) de regreso a Berna. Viajé junto con una pareja, (ella de Basilea y el esposo un gringo de Filadelfia) y unos canadienses, hablando al estilo nica durante todo el camino en autopistas excelentes y sin mucho tráfico. Fue una gira y un foro con éxito total y haciendo nuevos contactos para el futuro.
Werner Horbaty.

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