El Gobierno aún mantiene vigente la normativa que controla el ingreso de misioneros extranjeros. Los pastores rechazaron ayer, en una reunión que fue presidida por el diputado Edwin Castro, jefe de la Bancada Sandinista en la Asamblea Nacional, las medidas gubernamentales.
El Gobierno quiso bajar la tensión de la normativa anulando algunos requisitos; sin embargo, dejó vigente que los misioneros deben reportar su presencia al país con siete días de anticipación, lo cual es rechazado por el sector evangélico.
“Nosotros mantenemos la posición que la normativa debe quedar sin efecto porque no aplica para Nicaragua, por tanto, le demandamos al Gobierno la deje sin efecto”, expresó el jurista y pastor Roberto Rojas, secretario general de las Asambleas de Dios.
El argumento del Gobierno para mantener en vigencia la normativa es garantizar la seguridad nacional ante las amenazas de que el crimen organizado se infiltre con grupos misioneros.
“No entendemos aún por qué esa medida a la Iglesia, cuando la Iglesia es transmisora de valores, transmisora de la Palabra de Dios, aún no queda claro por qué el Gobierno está implementando una medida tan drástica que afecta la labor de la Iglesia, como es la misión”, expresó el pastor Carlos González, miembro de la Alianza Evangélica de Nicaragua.
El próximo 20 de septiembre el Gobierno y la pastoral evangélica se volverán a reunir con el propósito de alcanzar un acuerdo.
“Nos vamos a volver a reunir el 20 de septiembre, pero nuestra posición será la misma: que se anule la normativa que afecta la labor pastoral y social de la Iglesia”, señaló el pastor Nabel Rodríguez.
El pastor Mario Espinoza, presidente del Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua (CNPEN), dijo que las restricciones del Gobierno contra los misioneros era exagerada y sin justificación.
“El Gobierno cedió en algunos puntos, pero siempre se mantiene el control a los misioneros y nuestra disposición es que la normativa que restringe la entrada a misioneros, sea derogada”, aseguró Espinoza.
AJUSTE DE BUENA VOLUNTAD
El reverendo Arsenio Herrera, pastor de la iglesia Hossana, dijo que se lograron en el encuentro con los representantes del Gobierno “algunos ajustes de buena voluntad”.
“El Gobierno continúa con la medida. Hicieron un ajuste (a la restricción) que lo tomamos como deseo de buena voluntad y de seguir con el diálogo; sin embargo, no es un asunto de medir fuerzas ni de caprichos de la Iglesia, pero mantenemos la posición que la normativa debe ser derogada”, dijo Herrera.
Desde que la medida se comenzó a aplicar por parte del Ministerio de Gobernación, misioneros de la Iglesia evangélica y católica han sido rechazados por las autoridades migratorias de Nicaragua.
Alrededor de 300 misioneros de México y Centroamérica que tenían organizado participar en un encuentro religioso que iniciaría el pasado 27 de agosto tuvieron que cancelar su viaje por no haber completado las nuevas medidas que el Gobierno de Nicaragua estableció para los misioneros extranjeros que pretendan visitar el país como parte de alguna actividad pastoral y social.
“Esta medida debe quedar derogada. A la Iglesia no se le pueden aplicar restricciones porque sencillamente promovemos el amor de Dios, sus buenas nuevas de salvación; no es sano para nadie esa normativa”, dijo el pastor Rafael Arista.
CONTRA LIBERTAD RELIGIOSA
El pastor David Álvarez dijo que el Gobierno debe reflexionar la medida porque también es discriminatoria.
“Es una normativa que discrimina porque con solo el hecho de aplicarla a la Iglesia es discriminatoria; además, atenta contra la libertad religiosa. La rechazamos, esa es nuestra postura y la Iglesia evangélica está unida ante esta situación”, expresó el pastor.
Por su parte el pastor Félix Ruiz, presidente de la Convención Bautista de Nicaragua, dijo que el Gobierno fue flexible ante los planteamientos del sector evangélico.
“El Gobierno modificó la normativa original. Yo diría que en cierto sentido el Gobierno se flexibilizó y vamos a seguir reuniéndonos”, dijo Ruiz.