Con un mal sabor de boca, al borde del llanto y con esfuerzos económicos que al final se invirtieron en vano, regresó a Costa Rica un grupo de baile folclórico del Colegio Técnico Profesional de Hojancha, cuyos integrantes, docentes y padres de familia que los acompañaban, no pudieron ingresar a Nicaragua porque el gobierno de Daniel Ortega se los impidió.
El director del Colegio Técnico de Hojancha, ubicado en la provincia de Guanacaste, Braulio Miranda, explicó que el grupo de baile folclórico Añoranzas recibió el pasado 21 de julio una invitación del grupo de danza Patria Querida, de Villa Sandino, Chontales.
La invitación estaba firmada por la directora del grupo de danza, Yamileth Rosales, y del político municipal de Villa Sandino, Jasser Khadafi Castro.
La finalidad era, según Miranda, que a partir del pasado 26 de agosto los integrantes de Añoranzas hicieran varias presentaciones artísticas en el municipio chontaleño y posteriormente recibir en Hojancha a su contraparte nicaragüense con la normalidad de todo intercambio cultural entre países vecinos.
Tanto los integrantes del grupo, sus padres y personal docente hicieron esfuerzos económicos para documentarse con pasaporte o salvoconductos, así como actividades varias para recolectar fondos a fin de cumplir con toda la tramitología para el viaje, incluidas pólizas de seguro.
La madrugada del viernes 26 de agosto partieron hacia Nicaragua 36 estudiantes integrantes del grupo de baile, 20 padres de familia y 8 docentes, cruzaron sin mayor inconveniente el lado tico de Peñas Blancas pero al llegar a las oficinas migratorias de Nicaragua en esa frontera, según Miranda, los funcionarios les negaron la entrada por carecer de un documento que avalara su ingreso de parte del Ministerio de Cultura de Nicaragua o del Ministerio de Gobernación.
SIETE HORAS DE ESPERA
“Los muchachos estuvieron 7 horas en el lado de Peñas Blancas de Nicaragua. No estuvieron retenidos, estuvieron esperando a que se definiera la situación. En todo momento el grupo estuvo en comunicación con las personas que nos invitaban. Después de mucho tiempo de espera, 7 horas después, Migración (nicaragüense) dijo que era mucho tiempo y no podían quedarse ahí y que el Ministerio de Cultura no resolvió, entonces al final de cuentas se tomó la decisión de regresar”, explicó Miranda.
“Los chiquillos quisieron llorar pero después ellos asimilaron la situación de que si no se podía entrar no se podía, no teníamos el requisito que estábamos pidiendo y por consiguiente no podíamos pasar sin ese documento”, añadió el director del colegio.
“Uno no sabe qué existe en la política interna de cada país. Por este año no vamos a hacer nuevo intento de ir. Estas medidas afectan la fluidez de este tipo de intercambios, los grupos tendrán que pensar muy bien antes de ir a Nicaragua”, dijo Miranda.
COSTA RICA PREGUNTA ¿POR QUÉ?
La cancillería, por medio del canciller Alejandro Solano, confirmó que desde el mismo viernes la Embajada de Costa Rica en Managua inició consultas ante el Gobierno de Nicaragua para conocer las razones que llevaron al rechazo del grupo.
“Estas acciones fueron fortalecidas ayer; a solicitud del señor presidente de la República tomé contacto con el embajador de Nicaragua en este país (Harold Rivas), quien dijo que desconocía la situación. Sin duda respetamos la decisión soberana del Gobierno de Nicaragua de autorizar o no el ingreso de determinada persona, pero en todo caso esperamos conocer detalles”, indicó Solano.
“Lamentablemente esta política de don Daniel Ortega pues lo que hace es todavía hacer más difíciles las relaciones entre países, que en el caso de Costa Rica y Nicaragua me parece que, lejos de mejorar las relaciones que es lo que deberíamos estar gozando, las hace empeorar”, dijo el diputado costarricense Fabricio Alvarado.
DIPUTADOS CONTRA MEDIDAS
Fabricio Alvarado, diputado cristiano en el parlamento de Costa Rica, criticó la medida de Ortega también contra misioneros cristianos. Según él, la medida es vista con preocupación entre pastores costarricenses, “especialmente porque demuestra una vez más que viene a ser un Gobierno tratando de imponer maneras de trabajar que lo que hace es violentar derechos”.
“La libertad de religión y culto es un derecho humano de primera generación, de los más importantes y de alguna manera se está violentando ese derecho con una decisión como esta. Una persona que va con la intención de participar en una actividad cultural o religiosa es una persona que va a compartir buenos principios, cosas buenas, en este caso con la población nicaragüense”, dijo el legislador.