La mente de Arnulfo Obando es un campo de batalla donde se ejecutan hipotéticamente, los más variados enfrentamientos, que luego serán desplegados sobre el entarimado.
A precisar la estrategia adecuada, que garantice una victoria a su pupilo Román “Chocolatito” González el sábado próximo, ha dedicado la mayor parte del tiempo.
“No creo que al menos al inicio, Carlos Cuadras se pare a intercambiar golpes con Román. Pienso que va a entrar y salir, al menos eso en los rounds iniciales”, asegura.
No obstante, Obando adelanta que Cuadras no va a pasar toda la noche corriendo, que en algún momento se tiene que parar a pelear. De otro modo, no puede ganar.
“No va a correr toda la noche por dos razones: una, no va a aguantar ese ritmo, y dos, Román no lo va a dejar que haga lo que desee sobre el ring. Lo va a ir a buscar”, advierte.
El adiestrador asegura que el “Chocolatito” está filoso y que durante los entrenamientos, le dieron especial énfasis a reducir espacios y tapar salidas al oponente.
“Román ha realizado 113 rounds de entrenamiento y en el equipo de trabajo creemos que está en sus mejores condiciones. Además, sabe que él es el retador, que tiene que ir a buscar a Cuadras y presionarlo”, reitera el dirigente.
Obando, quien sostuvo un amplio diálogo con Osman Rosales, de Radio 580, indicó que para peleas anteriores, Román entrenó un mínimo de 160 asaltos. Ahora 113.
“No hay que negar lo que está a la vista. En la pelea ante McWilliams Arroyo, Román se vio mal, todo lento. Entonces, hicimos ajustes y estamos contentos con lo realizado”, señaló el adiestrador.
Obando agradeció de manera especial a Marcos Caballero, quien junto con sus hijos Randy y Rommel, trabajaron intensamente, lo mismo que al mexicano Alberto Guevara.
“Marcos aportó mucho y entre todos hicimos un buen trabajo. Estoy contento con lo que se consiguió en siete semanas en Big Bear y solo falte que suene la campana”, dijo.
Obando ya visualizó la batalla. Ahora falta llevarla a la realidad.
Más control
“Me he quedado en el cuarto con Román para tener un poco más de control con todo lo que pase a su alrededor. A veces hay muchas distracciones con los periodistas y también con los fanáticos que desean una foto o una firma”, dijo Arnulfo Obando.
A la vez, el entrenador, quien le cocinó a Román en el campamento, quiere estar atento a lo que come.