Conociendo, observando, y viviendo las decisiones de la administración Ortega/Halleslevens (2012-2017), me hago varias preguntas, ¿Por qué habrá tanta incoherencia? ¿Hacia dónde va Nicaragua? ¿Y, los asesores dónde están, y que hacen? ¿Será que les gusta las crisis a los decisores?
La administración Ortega/Halleslevens tiene abierto varios frentes de conflictos, por razones, ideológicas, jurídicas, políticas, religiosas, sociales, éticas, morales, y de percepción. Es un gobierno que para comunicarse utiliza el monólogo, al desarrollar una acción de servicio público la realiza clandestinamente, a escondidas, como si lo que hace es peligroso, prohibido, o del mas allá. Pareciera que aún no dejan el olor a la vida de guerrilleros y/o prisioneros, en donde todo se hacía a escondidas. Y, era aceptable. Pero, ya en el poder político, que es público, y de servicio ciudadano, donde se deben dar constantes explicaciones a la sociedad. Buscar el consenso, mejores relaciones entre sociedad civil y sociedad política.
Tengo la impresión que los asesores políticos de la administración Ortega/Halleslevens (2012-2017) son sus principales adversarios. Trabajan por sus ingresos mensuales, no por rendimiento eficiente al servicio de la conducción política de sus empleadores. Es inconcebible, que estos “asesores” sean profesionales de múltiples disciplinas, y no prevengan los resultados torpes de las acciones y/o comportamiento del Poder Ejecutivo. Violan la ley, la Constitución, hacen un colocho (enredo) el texto de las reglas del juego social y político. No logran entender que vivimos en sociedad y que debemos actuar con respeto y cordura para los/as conciudadanos/as. Actúan como un elefante caminando en una sala de cristalería.
Será que la pasión centralista y/o desconfiada del señor Ortega Saavedra le hace la mala pasada de querer decidir por todo, y al final por nada. Un funcionario público, recientemente en un velorio comentó, que, ahora se trabaja poco, porque es mejor no hacer, y solo esperar la línea de arriba, que cometer el abuso de tener iniciativa administrativa. Esto evidentemente, para conservar el puesto de trabajo. Sin compromiso con el país ni con la nación, solo con su salario mensual. En ese instante recordé aquel magistrado que dijo la calle esta dura.
En el año 2015, observamos metodológicamente el funcionamiento, a siete ministerios de gobierno, desde la sociedad civil, y de estos, el de educación es el menos eficiente; el más atrasado en su desarrollo obligatorio; el que menos trabaja; el que envía las orientaciones más insólitas; incoherentes y represivas. Como si se tratara de un cuartel de guardias de pueblo pobre y propio del siglo XVlll. Uno se pregunta, ¿y la educación es o no el instrumento de dominación más importante de un sistema político? Está muy claro en la Ley No. 582, publicada en la Gaceta No. 150 del 3 de agosto del 2006. Y no se cumple, hay incoherencia.
Nicaragua se encuentra en el Siglo XXI, tiempos de globalización, comercio, industria, desarrollo del pensamiento, inteligencia emocional, inteligencia espiritual, las comunicaciones son excesivamente inmediatas, no hay secretos, casi todo es público al instante, y sino, más luego que tarde se sabe, se conoce. Se acabaron los tiempos de los secretos, hasta la Iglesia católica que era muy dada al secretismo, hoy la encontramos abierta, amplia, socialmente respetuosa e inclusiva. Estas acciones de la actual administración han conducido a Nicaragua a tiempos oscuros, de ignorancia, de atraso, tiempos de pobreza mental y de información actual del mundo. Pienso que, a estas alturas, Nicaragua necesita dos décadas, al menos, para salir del analfabetismo funcional en que se encuentra la sociedad.
El autor es sociólogo e investigador social.
