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Lula da Silva

La procuraduría general inculpó a Lula de haber recibido beneficios por un equivalente de 1.1 millones de dólares de la constructora OAS, una de las principales involucradas en la confabulación para desviar fondos públicos hacia la política. LA PRENSA/ARCHIVO

Juzgarán a Lula por lavado de dinero y corrupción

La procuraduría general inculpó a Lula de haber recibido beneficios por un equivalente de 1.1 millones de dólares de la constructora OAS, una de las principales involucradas en la confabulación para desviar fondos públicos hacia la política.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva será juzgado por lavado de dinero y corrupción, dijo este martes 20 de septiembre el juez Sergio Moro, a cargo de la investigación del megaescándalo de Petrobras, quien indicó que hay suficiente evidencia para iniciar un proceso judicial contra el exmandatario, su esposa Marisa Leticia da Silva, y otras seis personas.

“Habiendo indicios suficientes de autoría y materialidad, recibo la denuncia” presentada por la fiscalía, señaló Moro en un escrito distribuido a la prensa.

La procuraduría general inculpó a Lula de haber recibido beneficios por un equivalente de 3.7 millones de reales (1.1 millones de dólares) de la constructora OAS, una de las principales involucradas en la confabulación que se enquistó en Petrobras para desviar fondos públicos hacia la política.

Lula “sería beneficiario directo de ventajas concedidas por el Grupo OAS y, según la denuncia, tendría conocimiento de su origen en el esquema delictivo que afectó a Petrobras”, afirma el texto de Moro, citando a la fiscalía.

La acusación

La acusación sostiene que una empresa de OAS revirtió a Lula “parte de los valores recibidos de licitaciones fraudulentas en Petrobras”. Los sobornos se transfirieron “mediante la compra, personalización y decoración de un apartamento tríplex en Guarujá”, en el litoral paulista.

Lula siempre negó terminantemente ser el propietario de ese tríplex.

Ahora, Lula quedará por primera vez cara a cara con Moro, un magistrado de primera instancia de Curitiba (sur), admirador del caso “Mani Pulite” en Italia.

Sus investigaciones en el marco de la operación “Lava Jato” (lavadero de autos) sobre el escándalo Petrobras pusieron en la mira a decenas de parlamentarios y enviaron a prisión a políticos y empresarios de la
élite local.

Lula, de 70 años, es acusado además por la fiscalía de ser el “comandante máximo” del esquema de corrupción que durante una década drenó más de 2,000 millones de dólares de la petrolera estatal, aunque esa denuncia no dio lugar hasta el momento a ningún pedido formal de inculpación. Aun así, el caso volvió a sacudir al país, dos semanas después de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, heredera política y sucesora de Lula, por maquillaje de las cuentas públicas.

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