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Cartas al Director

Cuando se examina el código genético de esa singular casta de revolucionarios marxistas que pululan por Hispanoamérica se constata —si no una total identidad de comportamiento— una sorprendente similitud.

Ortega, digno sucesor de Somoza   

Cuando se examina el código genético de esa singular casta de revolucionarios marxistas que pululan por Hispanoamérica se constata —si no una total identidad de comportamiento— una sorprendente similitud. Todos ellos abrigan la convicción de que han sido elegidos para implantar la felicidad en las comunidades humanas de nuestro planeta. Curiosamente, en esta vocación de perpetuidad en el mando, coinciden con todos los dictadores de derecha (Somoza, Stroessner, Pinochet). Los feligreses de los movimientos de la izquierda revolucionaria arguyen sin embargo que existe una diferencia fundamental, que reside en la nobleza de sus fines. Una argumentación puramente retórica —como bien se sabe— ya que en la práctica los pretendidos ascetas del poder revolucionario han demostrado asazmente que su voracidad de consumo personal de los bienes materiales es idéntica a la de sus congéneres de la derecha.

Nicaragua es una de las naciones hermanas de Hispanoamérica en la que se representa la misma disparatada comedia. A los aciagos años de la dictadura somocista —que justificaba su poder omnipotente con la garantía de la paz social y de una pobreza controlada— y después de una guerra civil que ensombrece el maravilloso paisaje de ese país con un bosque de cruces, sigue una etapa en la que parecía que el país había encontrado el cauce democrático para una convivencia pacífica y libre. Por desgracia no fue así. Enarbolando utopías revolucionarias carcomidas por el tiempo, algunos veteranos de la revolución sandinista reivindicaron para sí, veladamente, el derecho de perpetuarse en el poder para garantizar “el bien del pueblo”. Sabemos lo que eso realmente significa: la imposición de un orden que asegure la docilidad de los miembros de la sociedad para permitir a los gobernantes el tranquilo usufructo de los bienes comunes.

En las “elecciones” que tendrán lugar en noviembre todo está preparado para asegurar una vez más el triunfo del veterano sandinista Daniel Ortega. Las instituciones supremas del Estado están a su servicio e impiden toda oposición real. El Consejo Supremo Electoral (CSE) arma y desarma el panorama electoral a su gusto y placer. Se anula la candidatura de los dirigentes de la oposición, se expulsa a diputados del parlamento (28 en total), se impide la presencia de observadores internacionales… La Coalición Nacional por la Democracia quedó excluida  de un evento político que a partir de eso debe calificarse lisa y llanamente como una farsa electoral.

José Leopoldo Decamilli, Berlín.    

Modificación al presupuesto   

Queda demostrado una vez más que los servidores fieles al final siempre tienen su recompensa. Es inaudito que a estas alturas del año los sabios administradores de nuestras finanzas, encabezados por nuestro presidente, hagan modificaciones al Presupuesto General de la República (PGR) para aumentar la partida a uno de los poderes del Estado más inoperantes en la historia de nuestro país: el Consejo Supremo Electoral (CSE) actual.

En un año electoral en el que casi  no hemos visto  publicidad, ni en medios oficialistas, mucho menos en medios independientes, alegórico a lo que debería ser la mayor fiesta cívica cada cinco años, en donde el proceso de cedulación avanza tan rápido como una carrera de caracoles mancornados, en donde a mes y medio de haber iniciado la campaña para los partidos “opositores” el FSLN tiene diez años en campaña perenne, no se sabe cuánto de nuestros recursos le serán asignados a estos “opositores” para hacerle el juego al comandante, en donde a un extranjero amigo le es más fácil obtener su cédula que a un verdadero opositor, en donde se sabe que es un año electoral no por la campaña desarrollada hasta ahora por el CSE sino porque todos sabemos que cada cinco años se da ahora una farsa de este tipo, se ha decidido premiar a estos fieles servidores con un aumento de 65.5 millones de córdobas más para que puedan desarrollar su “ajetreado” trabajo.

Lo más irónico del caso es que este premio no se los está dando su patrón de los recursos venezolanos que maneja a discreción, y que tan buen resultado le ha dado para comprar conciencias, votos y fidelidades, sino que se los está quitando a nuestros hijos al recortar del presupuesto asignado originalmente para educación, lo que significa que las maestras tendrán que insistir con mayor frecuencia en que las apoyemos “voluntariamente” para la compra de útiles para poder dar clases y cumplir con el aseo de las escuelas, mientras el diputado representante del sector magisterial se llena la boca alabando los logros de su jefe.

De igual manera para recompensar a sus fieles servidores, nos quita de las manos las pocas medicinas que tienen los Centros de Salud y hospitales en el país al recortar también su presupuesto. No crea que los salarios de la ministra, directores de hospitales, etc. bajarán, sino que será el pueblo, sobre todo los pacientes crónicos, quienes tendrán que asumir parte de ese premio a los magistrados al tener que comprar nuestros medicamentos. ¿Y Fetsalud? Bien gracias, apoyando estos recortes mientras no se afecten los negocios de su secretario general.

Francisco Javier Gutiérrez Lagos.    

 Salvar Tiscapa   

Es loable la labor de infraestructura que el Gobierno ha venido realizando en Managua sobre todo a la orilla del lago Xolotlán. El paseo Salvador Allende con todas sus etapas, la nueva fuente musical (que en honor a la verdad era mejor que la que instaló el gobierno del Dr. Alemán), la restauración de la torre en la entrada a la colonia Dambach, el próximo Museo San Juan Pablo II, los diversos parques de Managua y en algunos departamentos del país, etc.

Pero, una preocupación que debe tener el Gobierno central y municipal es salvar la laguna de Tiscapa. Eliminar ese cauce que en la década de los ochenta se desvió sin ningún estudio hacia dicha laguna. Es una pena que el Instituto Nicaragüense de Turismo con su eslogan “Nicaragua única y original” no se preserve este preciado bien natural. Ningún país goza de una laguna en el centro de la ciudad, como nosotros que tenemos a Tiscapa.

Las diferentes turoperadoras y empresarios del turismo solo promocionan el turismo de aventura, todo lo que está fuera de Managua, los hoteles de montaña (inaccesible a un asalariado), playas, senderos, etc., pero ninguno hace campaña para salvar Tiscapa.

Los turistas nacionales y extranjeros gozarían de esta laguna si se pudieran bañar, de realizar caminatas en sus orillas, de tener un lugar y disfrutar todo el día con restaurantes y bares como existen en las lagunas de Masaya.

Reforestemos y cuidemos Tiscapa, el cual puede ser un verdadero centro turístico sin tener que salir de la capital.

Julio León Báez.    

Adiós a “Amado Felipe”   

Tuve el placer de haber conocido personalmente a Valentín Castillo cuando trabajó en un canal de televisión en Matagalpa. Fue un gran comediante nicaragüense con su famoso personaje “Amado Felipe”.
Castillo era oriundo de ciudad de Estelí y su humor se puede decir que fue siempre muy sano para grandes y chicos. Envío mi más sentido pésame a la familia doliente de este gran artista nacional como fue Valentín Castillo.

 Salvador Pérez González.   

Cartas al Director

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