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Poemas de Santiago Montobbio

El anarquista de las bengalas Santiago Montobbio Yo soy el anarquista de las bengalas, el anarquista único, el que permanece y pasa: he tenido nombres en los que dormían las frutas de los corazones raros. A todas horas trabajo, y en especial cuando la gente afirma que no hago nada. Sé lavarme el alma sobre […]

El anarquista de las bengalas
Santiago Montobbio

Yo soy el anarquista de las bengalas,
el anarquista único, el que permanece y pasa:
he tenido nombres en los que dormían las frutas
de los corazones raros. A todas horas trabajo,
y en especial cuando la gente afirma
que no hago nada. Sé lavarme el alma
sobre papel y nada, colocar bombas de relojería
en las ciudades que siento en las espaldas,
buscarle y con olvido las cosquillas a un amor
que prefiguro con distancia y a través de todo eso
seguir estando en todas partes habiéndome
marchado.
Porque yo soy
el anarquista de las bengalas. Cada vez
que enciendo una tu corazón
y mi corazón se apagan.

Tomado de: El anarquista de las bengalas.

Hospital de Inocentes
Santiago Montobbio

El papel en blanco jamás es solo el papel en blanco:
hablar de eso es hablar fácil, mas no el decir —y es cierto—
que la página en la soledad más profunda consumida
es la vida sin versos o llena de los poemas que nadie,
de los que eres tú, ha de poder escribir nunca.
Porque puede quedarme un amor, una sombra y un olvido,
y más que eso ha de quedarme un modo
de hacerme daño, hasta el fin y en la noche
un modo de afilar la puntería
para arruinarme y perseguirme
a través de la agotadora y muy extraña cacería
en que soy arma, a la vez presa.

Tomado de: Hospital de Inocentes.

02

De amor
Santiago Montobbio

Como sol caído, como lluvia errada, yo te amé así,
y así te lo repito: como sol caído y lluvia errada,
con sombra y con nube yo te amé, niña del agua,
yo te amé como en el destino que la vida me impuso
mejor supe. Y así te amé como no bastaba.
Y la noche fue ladrona, y asesina,
de la poca luz que conseguía arañar
en mi miseria. Ahora sé que los túneles
en que está prohibido que el vivir respire
no han de terminar nunca.

Tomado de: Absurdos principios verdaderos.

 

Todo
Santiago Montobbio

Todo lo que yo pueda decir,
lo que pueda darte yo
a ningún lugar nos lleva
mientras se repitan las desgracias
del mismo modo en que lo hacen
los fracasos de la aurora,
infinitos aquí, sobre mi rostro.
Y sé que esperas la calle, que tú puedes
esperar el mundo. Tú puedes esperarlo todo.
Pero yo soy el desamor
que en el amor traspasa,
el que en quedo canto
sobre tu nombre tiembla.
Yo no soy más que eso:
el miedo de un labio que te espera.

Tomado de: Absurdos principios verdaderos.

04

Santiago Montobbio

EN ESTE PUERTO TODO ESTÁ LLOVIDO:
los barcos, los viajeros, los abrazos,
los pañuelos, el tiempo despedido.
En este puerto solo están
quienes no volverán jamás
ni aquí ni a ningún sitio.
Soy de este puerto. Presiento
su cercanía, su latido. Cada vez
más llovido y más andado en él,
este puerto y yo estamos
vacíos de destino.

Tomado de: La poesía es un fondo de agua marina.

03

 

 

 

Cultura Santiago Montobbio archivo

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