El rugido del león del Zoológico Nacional a las 3:00 p.m., suena casi como un ruego. El león espera sus alimentos, mientras en la oficina, Eduardo Sacasa y Marina Arguello, encargados del Zoológico Nacional, luchan por conseguirle comida.
Además de la comida del león, Sacasa y Argüello, cada día gestionan la alimentación de más de 1,200 animales que viven en las cinco manzanas que conforman el Zoológico Nacional, el Centro de Reproducción y el Centro de Rescate.
El principal problema y condicionante de la sobrevivencia del zoológico es la necesidad de un mayor presupuesto.
Sobre esto Sacasa es claro, “tenemos esperanza de que den más presupuesto”.
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Aunque si esto no pasa, “tenemos que pensar qué vamos a hacer porque se volvería insostenible. Ya tenemos jaulas de felinos que ya caducaron, que ya están recicladas, reusadas y no hay dinero. Una jaula de esas te cuesta 20,000-30,000 dólares, porque todo de hierro de media pulgada, la mayoría tienen unos 20 años”, dice Sacasa visiblemente preocupado.
Además de los problemas de mantenimiento de las jaulas , al zoológico lo asfixian los gastos por servicios básicos.
Solo de energía eléctrica son 65,000 córdobas mensuales los que tienen que desembolzar.
Actualmente el zoológico tiene un déficit de ocho millones de córdobas, ya que solo reciben 4.2 millones de córdobas y el presupuesto para subsistir es de unos 12 millones al año.
“Nos ponemos a pensar qué vamos a hacer cuando ya agotemos todos los medios, todos los recursos de dónde conseguir, entonces no tenés a donde correr, más que con todo el dolor del alma reconocer que no podemos mantenerlo, lo único sería dárselo a Marena”, sentenció Sacasa.
Ayuda de amigos
Hasta ahora el Zoológico Nacional ha logrado sobrevivir a pesar del déficit presupuestario porque existen algunas empresas y personas que aportan a mantener la organización.
Para la alimentación de los felinos, por ejemplo, el zoológico recibe de los mataderos San Martín y Nuevo Carnic fetos de vacas.
Hace poco, hubo una baja en la producción de los mataderos y el zoológico tuvo que hacer un llamado a la población para conseguir alimentos y lograr sobreponerse.