El pugilista Ramiro Blanco no puede pensar solo en el boxeo. A sus 20 años tiene un hijo y otro que viene en camino. Cuando no está metido en la caldera llamado gimnasio, debe ganarse la vida como vigilante en la colonia Centroamérica. No es el mejor prospecto del país, pero es de esos boxeadores que una oportunidad la pueden estirar al punto de la sorpresa. Normalmente entrena en el Gimnasio del Iván Montenegro, pero ayer le tocó en San Judas porque tuvo cuatro asaltos intensos con el jovencito Rommel Caballero, para culminar su preparación en el país previo a su viaje de esta mañana (11:00) hacia China.
Blanco no sabe mucho del país asiático. Cuando llegue se verá como un alfiler en una inmensa masa de tierra. “He escuchado que ahí comen de todo, lo único que aceptaré será chop suey”, alega el peleador. Entusiasmado por el viaje, Ramiro dice tener las claves para conseguir la victoria, hasta argumenta que su gancho al hígado será letal en la humanidad de su próximo rival, este 30 de septiembre, Can Xu de 22 años de nueve triunfos y dos reveses.
Será la tercera vez que Blanco pelee en 130 libras, su peso natural es 122 pero la escasez de contrincantes lo ha hecho migrar a las 126 libras en el país en las mayorías de combates, con la excepción de dos reyertas en 130, de las cuales posee dos victorias, una de ellas por nocaut. En total Ramiro cuenta con 14 triunfos sin derrotas y tres empates.
Hace 45 días Rosendo Álvarez, quien funge como representante del muchacho, le comentó que había encontrado trabajo en el exterior para él. “Era lo que estaba esperando, con ese dinerito compraré unas cosas para mi familia”, agrega Blanco. “Yo me declaré listo para cualquier pelea, solo tenía paciencia que llegara la pelea adecuada y llegó. Según he visto al chino, yo soy mejor boxeador”, concluyó.
Confiesa que trabajar como guarda de seguridad no le afecta. Sus jefes entienden lo suyo con el boxeo y a veces son flexibles, “normalmente en mi turno como cuidador descanso, corro, siempre estoy haciendo algo para estar en buena forma, además que me ayuda trabajar para no pasar con mi señora porque dicen que es malo tener esas cosas previo a un combate. Esa victoria la conseguiré por mi hijo que viene en camino”, prometió Blanco, quien entrena con Norberto López y de alcanzar ese logro en su discreta carrera se adueñaría del título internacional de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
“Si gano ese título vendrían más peleas en el extranjero y ahí sí podría comprar mi casita”, dijo.
