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Los habitantes del barrio indígena de Monimbó pasan serios aprietos para conseguir agua y así solventar las necesidades de sus hogares. Este barrio es el más grande de la ciudad de Masaya. LA PRENSA/N. GALLEGOS

“Que venga el agua”, piden en Masaya y Granada

Los habitantes de este barrio, que es el más grande de la ciudad de Masaya, aseguran que al comprar el barril con agua les implica más gasto a su deteriorada economía familiar.

Cuando la lluvia cae todo es alegría en la casa de don Manuel Ñamendy, así como para el barrio Monimbó, de Masaya, pues eso significa que tendrán agua por unos días. Todos se apuran a colocar canales por donde cae el agua para tratar de llenar los recipientes.

“Este barrio tiene como diez años que no le viene el agua. A veces viene y con costo llenamos un barril, o sea, viene cuando a ellos (Enacal) se les ocurre. Los sandinistas tuvieron pies y manos para entrar a Monimbó, cuando la guardia los estaban masacrando, pero ahora no tienen ojos, manos y pies para resolver los problemas que hay en Monimbó, sobre todo el desabastecimiento del agua. Aquí fue la cuna de la insurrección para derrotar a Somoza. Le decimos a la primera dama (Rosario Murillo) que si quiere ganar las elecciones que demuestre con hechos y que nos venga el agua”, demandó Ñamendy.

La situación en Monimbó es seria, a tal punto que pasan meses sin escuchar el chorro de agua en sus hogares y si alguna vez logra llegar el agua, es en corto tiempo y por la madrugada.
“Las criaturas necesitan el agua. Nosotros le compramos el barril con agua a 50 pesos a un hombre que pasa por aquí. Nosotros no decimos quién nos vende el agua porque le pueden quitar la camioneta o lo echan preso al hombre y después ¿quién nos venderá el agua? Todo Monimbó compra el agua”, continuó Ñamendy.

Domingo González, habitante de este lugar, aseguró que cuando llega el agua, en muchas ocasiones sale sucia, quizás porque se ha roto alguna tubería. “En algunos lugares cuando les llega el agua, la gente deja los chorros abiertos y se arma la regazón y cuando logran cerrar las llaves, aquí viene como a las 2:00 de la mañana y tenemos que desvelarnos y solo viene una hora”, señaló González.

Los habitantes de este barrio, que es el más grande de la ciudad de Masaya, aseguran que al comprar el barril con agua les implica más gasto a su deteriorada economía familiar.

LA PRENSA buscó la versión de Xiomara Potosme, gerente de Enacal, filial Masaya, pero dijeron que no se encontraba en su oficina.

Escasez en Granada

En Granada hay quienes reciben agua en la madrugada y otros después de las 7:00 de la noche, pero por pocas horas. Los pobladores dicen que el agua llega a ratitos y el recibo se cobra puntual y además inflado.

María Marta Marenco, habitante del barrio Las Camelias, se quejó del desabastecimiento de agua en su sector. Dijo que en el caso de la escuela Elena Arellano, donde la población estudiantil es numerosa, estos cortes afectan grandemente.

“Desconocemos por qué razón cortan el agua sin avisar, lo que nos obliga a irnos a bañar a casa de otros parientes, en otros barrios, donde los cortes son menos drásticos”, dijo la señora.
Edmundo Hernández, del reparto Eddy Ruiz, quien vive en la zona norte, por el sector de la casa comunal, explicó que el servicio de agua solo lo tienen casi a las 11:00 de la noche, por lo que se ven obligados a desvelarse, llenando las pilas y los recipientes, hasta altas horas de la madrugada.

Por su parte Francisco Chávez, del reparto San Ignacio, dijo que en su sector el agua llega a las 4:00 de la mañana y la quitan a las 2:00 de la tarde, de forma puntual. Explicó que en ese barrio siempre tienen agua, pero casi el 90 por ciento de los usuarios no paga el servicio, pero Enacal, no se los suspende.

Para un extrabajador de Enacal, que solicitó anonimato, el problema en esta ciudad es “grave”, porque la red es obsoleta y de asbesto cemento. Además citó el crecimiento poblacional de forma desordenada, la carencia de pozos y la mínima supervisión técnica por parte de Enacal, porque asegura que esta entidad tiene poco personal.

Explicó que tienen esperanzas en el proyecto de alcantarillado sanitario y de agua potable que se ejecuta desde hace dos años y se realiza con fondos de Alemania, Japón y el Gobierno central, en unos 90 barrios de la ciudad.

LA PRENSA/L.Vargas

Departamentales Agua Granada Masasya archivo

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