Nicaragua es un grupo de siete jóvenes y dos entrenadores en el Campeonato Continental Juvenil de Costa Rica, que inicia hoy y termina el 1 de octubre en la provincia de Puntarenas. Este es el evento más importante del año al que asiste nuestro país, después de buscar sin suerte quién diera la cara en los Juegos de Río 2016.
¿De dónde puede surgir la medalla ahora? De Rommel Caballero, hijo del entrenador Marcos Caballero, quien nació en Estelí, razón por la cual el muchacho se presentará como nica, aunque haya nacido en Estados Unidos y solo hable inglés. Su boxeo es técnica pura y pegada. Una delicia a los ojos.
¿De dónde podría venir la sorpresa? De lo que se ignora. De Levin Reyes de cuerpo fornido y hablar campechano, quien vive en la comunidad San Ignacio, camino a Mina El Limón, en León, que debió comer de más para subir de peso y competir en 75 kilogramos y no en 69. No es sorpresa que saldrá por primera vez del país.
O de Hazael Reyes, que trabaja en una pulpería en las mañanas y que por la tarde entrena y que por las noches se congrega en una iglesia evangélica para encomendar sus pasos a Dios. Es de Masaya y dueño de una timidez que no le permite abundar en palabras. O de Jairo Rojas, al que llegó a despedirlo su abuelita de pasos lentos, estudiante de cuarto año de secundaria, quien todas las tardes asiste religiosamente para entrenar al gimnasio Róger Deshón, en San Judas, donde, dice, Alexis Argüello le dio la bendición.
O de Darwin Martínez, al que apodan “Finito”, muchacho enérgico que este año coronará su secundaria, o de Onealt Mayorga o de Jimmy Brenes, quienes alcanzaron a última hora dentro del equipo, porque por falta de presupuesto no habían sido tomados en cuenta. De ellos podrían nacer otros destellos de luz.
“El tiempo que estuvimos reconcentrados aprendimos que tenemos que salir a morir si es necesario, sin importar el país que tengamos enfrente”, dijo Darwin. El resto asintió con la cabeza.