La obra cumbre de Gabriel García Márquez después de 49 años es motivo de debate entre intelectuales y seguidores. Así lo demostró el ciclo de libro-foro creado por PEN Nicaragua, que tuvo lugar en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra. En esta ocasión le tocó a Cien años de soledad.
El evento fue moderado por el poeta Ulises Huete y tuvo como comentaristas a los escritores Ileana Rodríguez y Manuel Martínez.
Para Rodríguez Cien años de soledad es una obra con la cual los latinoamericanos se sienten identificados. El nombre de Macondo ha salido de las páginas del texto de García Márquez y ha llegado hasta posicionarse en el imaginario colectivo. No hay latinoamericano que no diga vivir o conocer un Macondo en su país.
Para el escritor Manuel Martínez Nicaragua es bastante Macondo. “Gabriel García Márquez cuenta la historia de Latinoamérica y Colombia en dicha obra”, afirma.
La repetición de los nombres, el génesis y fundación del pueblo, las relaciones complicadas entre parientes, el estereotipo de masculinidad, todo esto forma parte de la Latinoamérica concebida por García Márquez. “Cuesta mucho verse en un espejo, pero eso somos”, finaliza Manuel Martínez.
Por otro lado, para Ileana Rodríguez “es un logro para García Márquez el hecho de que todos pensemos que Macondo es Latinoamérica”.
El lector como personaje
Quien lee la obra, no solo se siente identificado con ella, también llega a formar parte de Cien años de soledad. “Sentí que la casa de los Buendía era mi casa, que era mi familia, mi abuela o una tía contándome una historia”, manifestó Ileana Rodríguez.
En 2017 Cien años de soledad cumplirá 50 años de ser publicada. En todo ese tiempo ha tenido defensores y detractores quienes la han tachado incluso de plagio. Lo cierto es que desde su publicación sigue siendo el reflejo de costumbres.
Curiosidades
Mercedes Barcha, esposa de García Márquez, tuvo que empeñar algunas de sus joyas para que el escritor pudiera finalizar Cien años de soledad.
En 1950, en la revista colombiana “Crónica”, publica “La casa de los Buendía (apuntes para una novela)” donde ya se iba entretejiendo la atmósfera de Macondo y la casa familiar.
Mientras trabajó como periodista, siempre cargaba con él un manuscrito titulado “La Casa”, que posteriormente se convertiría en “Cien años de soledad”.