Música, bailes, promesantes, coloridos atuendos, entre otras expresiones de algarabía se combinaron en la tradicional salida de la imagen del santo patrono de los masayas, San Jerónimo, el llamado “doctor que cura sin medicina”.
Una de las principales avenidas de la ciudad de Masaya fue desbordada por una apoteósica concurrencia. Luego de la eucaristía, el santo salió de forma parsimoniosa siendo llevado en hombros por los miembros de la cofradía. La presión y el sofoque de los miles de participantes no fueron impedimento para seguir a la imagen.
Al salir del templo, un mar de gente aplaudió y gritó vivas al santo, mientras las diferentes bandas de chicheros ejecutaban los sones y los morteros estallaban en el azul cielo de Masaya.
Luis Mena llegó desde Granada acompañado por sus familiares, mientras bailaba manifestó que por un buen tiempo sus hijos estaban muy enfermos pero gracias a un milagrito de San Jerónimo están sanos.
El viernes cumplió 15 años de bailarle al santo. “Yo estuve bastante enfermo de la columna y pues gracias a San Jerónimo estoy aquí. Los médicos me hicieron estudios y me aseguraron que no volvería a levantarme, pero ya ves, estoy aquí y seguiré pagando mi promesa. Este santo es muy milagroso”, precisó.
Mantener tradición
Martín Orozco lleva 24 años cargando a la venerada imagen aseguró que esta tradición se la heredó su abuelita, quien lo llevaba desde niño a las procesiones. “Antes las abuelitas salían con los nietos a celebrar, hoy desgraciadamente los jóvenes se deciden por las vagancias y como masayas que somos, la cuna del folclor, debemos mantener las tradiciones, San Jerónimo, las marimbas, el Güegüense, el Torovenado y todo lo demás hay que mantenerlo, porque un pueblo sin cultura y tradición es un pueblo prácticamente analfabeto”, agregó el cargador.
