Un inicio prometedor que terminó en una clara derrota para el pugilista Ramiro Blanco, perdiendo por decisión unánime en China frente al local Can Xu, quien peleó al contragolpe y fue más efectivo, además de conectar los narcóticos de mayor poder, no obstante, el nicaragüense derrochó coraje, mostró una gran condición física y tiró sin medida, sufrió demasiado en el penúltimo asalto donde trastabilló y pudo ser noqueado, pero se restauró y soportó los rectos de Xu, nuevo dueño del título internacional de la Asociación Mundial de Boxeo.
El golpeo de Blanco parecía de algodón en esa categoría de las 130 libras, que no es la de él, aunque es aceptable la razón de haber aceptado el combate: la necesidad económica y la poca diferencia en calidad de Xu.
Cuando al réferi panameño Gustavo Padilla elevó el brazo del chino, Blanco hizo un gesto de indignación, aunque él pensaba que el resultado le favorecía los jueces marcaron 118-110, 117-110 y 118-110, nada para discutir.
Y es que Blanco buscaba un respiro que le ayudara a superarse y olvidar su trabajo como vigilante en la Colonia Centroamérica, sin embargo, después de ganar los dos primeros asaltos siguió de manera monótona, tirando sin pausas pero con la mira descompuesta y la defensa vulnerable.
Ayer en China, Blanco dejó una huella de valentía y aunque no fue suficiente vendrán nuevas oportunidades.