Vidas Robadas es una investigación regional sobre el impacto del embarazo —producto de la violación y estupro— en la salud y vida de niñas y adolescentes en Nicaragua. Esta se realizó en siete departamentos en los que se ubicó a treinta víctimas.
El análisis fue presentado el atardecer del martes a un grupo de profesionales del sector salud, magisterio, facilitadores judiciales y medios de comunicación.
Chinandega se ubica en primer lugar con siete de los casos. Las víctimas fueron visitadas en las comunidades de Villanueva, la ciudad portuaria de Corinto y Chinandega, cabecera departamental.
Norma Rivera indicó que la zona rural es propicia para los casos de violación y en una comunidad de San Francisco de Cuajiniquilapa hay dos padres que embarazaron a sus hijas. “Nadie podía acercarse a ellas cuando había un pretendiente”, declaró Rivera, quien nació y creció en esa localidad fronteriza.
María Eugenia Delgadillo, de la Asociación de Mujeres Axayacatl, coordinó el trabajo investigativo e indicó que los resultados del análisis permitieron observar el cambio en la vida de una niña y las secuelas que deja un delito de este tipo.
Agregó que en estos treinta casos solo tres agresores han sido condenados. “Que las autoridades le den la importancia que se debe llegar a las últimas consecuencias, que hay que llenar todos los requisitos necesarios, las pruebas y realmente se haga justicia porque el abusador continuará en libertad y seguirá violentando a más niñas”, agregó.