En el país no existe una cultura de prevención de la violencia sexual, el embarazo y matrimonio forzado de las niñas, afirmó la representante del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem) capítulo Nicaragua, a propósito de la jornada en saludo al El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer , que se conmemora el 25 de noviembre.
Una de las preocupaciones es la reacción de las familias de las víctimas que muchas veces pueden ser de aceptación de la violación y el embarazo forzado, señaló Virginia Meneses, a cargo de Cladem en Nicaragua que también critica la forma que son atendidas por las instituciones públicas las víctimas de abuso sexual.
Mencionó por ejemplo, que en los centros de salud las niñas de 11 a 14 años que resultan embarazadas al ingresarlas al sistema de salud, lo único que hacen en esos centros es darle “un seguimiento” al embarazo pero los funcionarios no indagan las causas por las cuales resultaron embarazadas, “cuando a todas luces eso es un delito, que es una violación sexual”.
Falta de sensibilización
Si hubiera una política de Estado contra el abuso sexual entonces eso sería condenado y deberían saber que “se entra a una ruta de acceso a la justicia” y advertir a la familia que deben presentar una denuncia, lo que vuelve vulnerable a las niñas ante esta situación, apuntó Meneses, que considera debe haber mayor sensibilización a los funcionarios públicos que “tengan claridad de la situación del abuso sexual y que significa en la vida de las niñas” .
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A partir de que fue emitido el reglamento a la Ley 779, Contra la Violencia Hacia la Mujer, recordó Meneses “prácticamente Nicaragua no tiene un modelo de atención (y) cambió totalmente el panorama (de atención a las víctimas), sin Comisarías de la Mujer”, lo cual vulnera el derecho que tienen las víctimas de violencia en general.
A esto agrega que en estos casos “los operadores de justicia se vuelven negligentes para dar persecución criminal contra los autores del delito”. Y la explicación que encuentra Meneses es la falta de voluntad política en la ruta de acceso a la justicia,
“Las condiciones de pobreza aumentan el riesgo de las niñas de ser víctimas de delito, por la cultura patriarcal que prevalece en estos ámbitos”, dice Meneses.
Las organizaciones de mujeres realizan una jornada de diferentes actividades como plantones en las calles que les permita visibilizar la problemática de la violencia contra la mujer.
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