Un baño no es precisamente el lugar más accesible del mundo. No siempre hay uno cerca o disponible cuando uno tiene ganas de orinar y toca aguantarse. ¿Esto es bueno o malo? El sitio web científico Seeker asegura que si no se satisface la necesidad de orinar en el momento en que la vejiga lo pide, si esta es débil, podría sufrir un cateterismo. “Se podría romper la ‘junta’ del esfínter externo (lo que llenaría el abdomen con orina)”, asegura la publicación. Y en el caso de una vejiga fuerte también puede tener consecuencias, como una infección en el tracto urinario. “Mantener mucho tiempo la orina en nuestro interior puede aumentar los niveles de bacterias peligrosas”. Además, también puede llegar a tener problemas de retención urinaria.
Lea también: ¿Desanimado? ¿Frustrado? ¡Dúchese!