Rostro serio e introspectivo, ajeno al bullicio, pero siempre amable y servicial, Cruz Ulloa no perdió la compostura a pesar de la emoción.
Y mientras los Dantos saltaban de alegría y posaban para las fotos al ganar el campeonato, Ulloa se arrodillaba y avanzaba hacia el montículo.
“Esta es una promesa que le hice al Señor Jesucristo y he cumplido. La hice en la semifinal y ahora que somos campeones”, señaló Ulloa.
Además de ser sencillo, habría que agregar que Cruz ha sido paciente. Nunca había sido campeón, ni como jugador, ni como mánager.
“Es la primera vez que obtengo un campeonato y lo estoy disfrutando. Agradezco a los Dantos por darme esta oportunidad”, dijo.
Ulloa saltó a la escena cuando los Dantos separaron a su mentor Cairo Murillo, quien dio la impresión que duraría muchos años.
“Era un asunto de darles confianza a los muchachos, de trabajar en la disciplina y todo fue cayendo en su lugar”, indicó sin alardes.
Ronald Rivera en tanto, resultó un hallazgo para los Dantos. Luego de enseñar la dentadura con Chinandega, vino a brillar a Managua.
“Yo le agradezco a Dios por esta oportunidad. Me siento satisfecho. Me trajeron a hacer un trabajo y creo que lo hice”, aseguró Rivera.
Rivera dio estabilidad a la receptoría en los Dantos y de paso le agregó poder a la alineación, que resultó decisivo para el título.
Rivera MVP
Ronaldo Rivera fue designado por la Comisión Nacional de Beisbol, el Jugador Más Valioso de la Final.
Rivera acumuló promedio de .333, con cuatro anotadas, siete empujadas y tres jonrones en la serie.
Además, jugó un papel clave desde el plano defensivo. Trabajó en los seis partidos como titular.
“Ahora sí le puedo dar el parte al general Julio César Avilés y decirle que hemos cumplido la misión, que aquí están los Dantos campeones. Que luchamos con todo y hemos alcanzado la cima del beisbol nacional. Este es un triunfo de todos en el país”.
Cruz Ulloa, mentor de los Dantos.