Los habitantes del barrio Hugo Chávez, en el municipio de San Marcos, Carazo, se alegran cuando ven el cielo nublado porque tendrán agua para bañarse, lavar ropa, limpiar la casa y hasta para lavar los trastes.
Desde que se fundó el barrio, hace aproximadamente tres años y medio, no cuentan con el servicio de agua potable y la que obtienen la compran a las pipas privadas.
Un barril de agua a estos pobladores, que en su mayoría viven en casas forradas con zinc, les cuesta entre 30 y 50 córdobas.
Mery Rodríguez comentó que algunos de sus vecinos no tienen para comprar agua y utilizan la que se almacena en tres pilas, que se obtiene cuando llueve.
Comentó que ellos ya cuentan con las solvencias de sus terrenos y que la alcaldesa Yulinda Téllez los debería de apoyar para que les instalen el sistema de agua potable.
Una semana dilatan tres barriles de agua a doña Mery y tiene que estar ahorrando, porque el dinero casi no le alcanza para estar comprando a cada momento.
Juan José López pasa la misma dificultad, él compra dos barriles de agua que le dilatan cuatro días y cuando se le acaba le pide a Dios que llueva para abastecerse.
Comentó que en su casa viven él, su esposa y tres de sus hijos, y que el gasto de agua es bastante “porque hay que cocinar, lavar y bañarse”.
Seis pequeños baldes plásticos con agua son los que aparta don Juan para tomar y lavar los trastes.
Comentó que las autoridades municipales no los han tomado en cuenta, pero ahora que ya tienen las solvencias de sus terrenos tienen la esperanza de que se gestione algún tipo de proyecto para meter el agua potable.
Más de 300 familias, en su mayoría retirados del Ejército, son las que viven en el Hugo Chávez y que también tienen problemas de energía eléctrica porque no están legalizados.
Esta gente tampoco cuenta con el servicio de alumbrado público.
Aquí nosotros aprovechamos las gotitas que caen de la lluvia y mucha gente saca agua de la pila (donde hay agua de
lluvia) para lavar ropa”.
Juan José López, poblador del barrio Hugo Chávez.