Desde el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), familiares de los tres muertos en Ciudad Antigua, demandaron justicia. Al tiempo que negaron la versión policial de que los vincula al narcotráfico, insistieron en responsabilizar al Ejército y a la Policía, y demandaron una investigación.
Nelda Mendoza, vicealcaldesa de Ciudad Antigua y hermana de José Nahún Mendoza, uno de los tres fallecidos, denunció que tanto el Ejército como la Policía los perseguía después que estos participaron en unas protestas en reclamo por cédulas de identidad, lo que les llevó a introducirse a la montaña.
Además de José Nahúm murieron su yerno Margarito Mendoza Sevilla, y Armando López, originario de Totogalpa, Madriz.
“La Policía, el Ejército y personas que tenían allí cerca los espiaban, los perseguían ni dormían en paz en sus casas, estamos hablando desde el 2012. No tuvieron otra opción que abandonar su hogar, su familia, sus seres más queridos, ir a sufrir al monte dormir debajo de la lluvia, del frío”, dijo Mendoza.
Lidia Fajardo, esposa de Nahún, denunció que desde hace seis meses sus parientes debieron dejar sus casas porque incluso cuando salían al pozo “los estaban vigiando”. A su vez, dijo que por temor dejaron sus viviendas y advirtieron que si les llega a suceder algo “ya saben por qué está pasando esto”.
Comisión OEA
Mendoza demandó que una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), investigue la tortura y los hechos de los que fueron víctimas sus parientes.
La presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, indicó que remitirá una carta a la jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera para solicitar protección para las familias de los fallecidos, aunque aclaró que esto lo harán para llenar un requisito, pues de no encontrar eco su petición podrán hacer la denuncia ante organismos internacionales.
Henry Quiñonez, alcalde de Ciudad Antigua, denunció directamente al Ejército y a la Policía Nacional de estas muertes y demandó que Granera “se ponga al frente” de las investigaciones, porque en las tres muertes no puede prevalecer la versión de la Policía de que los fallecidos eran narcotraficantes, cuando “fueron arrastrados, torturados y golpeados”.
Igual Quiñónez denunció que hay amenazas en contra de su persona, por lo que advirtió que no callará aunque sabe que con sus declaraciones también puede aparecer muerto en la carretera y “decir fue atropellado, o fue porque lo quisieron robar y le pegaron un tiro”, o en su lugar que en un retén confirmaron que traficaba con droga.