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Zona de Strikes: Chavalos van tras nuevas conquistas

Los tiempos futuros sabrán colocar en el lugar que le corresponde, al grupo de chavalos que ayer partió hacia Reynosa, Tamaulipas, México, con la pretensión de ampliar los márgenes y de reescribir la historia en el beisbol nacional.

Edgard Rodríguez C.Los tiempos futuros sabrán colocar en el lugar que le corresponde, al grupo de chavalos que ayer partió hacia Reynosa, Tamaulipas, México, con la pretensión de ampliar los márgenes y de reescribir la historia en el beisbol nacional.

Hasta antes del surgimiento de estos niños, algunos de los cuales ya son hombrecitos, el beisbol menor nunca fue tomado en serio. Probablemente porque no generaba utilidades y también porque no había calidad para ir a competir.

Y esa calidad no existía porque no se le prestaba atención. La historia cambió en los seis últimos años cuando la Feniba, “liberada” de la responsabilidad del “Pomares”, reorientó sus esfuerzos hacia las Ligas Menores.

Pero más que aplicar transformaciones severas o cambios profundos en la estructura, lo mejor fue darle importancia al cambio de mentalidad en dirigentes y entrenadores. Eso contagió a los niños y los resultados llegaron.

En la época en la que jugaba Nemesio Porras, actual presidente de Feniba, los coaches les decían que eran imposible ganarle a Cuba, muy difícil imponerse a EE.UU. y tal vez habría un chance ante los coreanos y japoneses.

A estos chavalos se les ha dicho que se juega nueve contra nueve y que los más listos en el campo, son los que van a vencer. Este equipo, con su renovación natural, ya venció a  cubanos, gringos y asiáticos.

Así que ello no reparan en la historia. Solo desean ganar. Y ya se han acostumbrado a las medallas. Hay algunos de estos chavalos, como Elián Rayo, por ejemplo, que ha ganado cinco medallas.

A veces se falla no porque no se tenga la capacidad o la actitud correcta, sino porque se carece de la confianza para triunfar. A estos niños, en lugar de conformismo o sentido lastimero, se les ha enseñado a pelear por la victoria.

Pueden fallar porque son humanos, pero seguro que si llegara a ocurrir, no será porque les entró miedo o se sintieron inferiores a los demás. Ellos creen que pueden. Ya se lo han probado a sí mismos.

 

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