De 49 años, tez morena, con manchas por el sol en sus pómulos, estatura mediana y complexión delgada es Angélica Méndez, una pescadora guatemalteca que desde que tenía 7 años ha trabajado en el mar. “Allá las mujeres nos vamos a pescar por la misma necesidad (…) también jugamos todos los papeles dentro de la actividad pesquera, igual que el hombre”, dice la pescadora.
“El obstáculo es que no tenemos la fuerza para levantar algunos aparejos (equipos para sacar el producto de pesca) por eso es que muchas veces vamos con los esposos para hacer una integración de la pesca, yo me voy con mi marido para que me ayude”, explica Méndez.
En la zona del Golfo de Fonseca, donde convergen las costas de El Salvador, Honduras y Nicaragua, “la mayoría de las mujeres van a pescar con redes, y otras como yo se dedican al manglar”, apuntó Silvia Quevedo, coordinadora del Grupo de Curileros Fe y Esperanza de la colonia 3 de Febrero, en el área protegida Los Delgaditos de Marcovia, Choluteca, Honduras.
Al igual que ellas, más de 150 mil mujeres de la región centroamericana y República Dominicana han tomado las redes para capturar especies del mar para venderlas y llevar el sustento a sus hogares, afirmó Mario González Recinos, director regional de la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano (Ospesca), durante el Congreso de igualdad y equidad de género en el proceso de integración de la pesca y la acuicultura, que se realizó en Managua a finales de octubre.
Las mujeres que participaron en este encuentro aseguran que han ido ganando espacio en el sector desde que iniciaron a organizarse, ya la función de ellas no se desarrolla solo en la comercialización e industrialización.
Quevedo afirma que las alternativas de trabajo no solo están en pescar, también han creado otras fuentes de empleos a partir de la actividad pesquera. “Por mi edad no puedo trabajar mucho en el mar, entonces soy guarda recursos, cuido la naturaleza, vamos de la mano del pescador, con los jóvenes”, continuó.
Victoria Marina Velásquez de Avilés, secretaria del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), expresó en el evento que “el trabajo que se hace desde el mar es fundamental por la dedicación que tiene, no podemos permitir que el esfuerzo sea visto de una forma menos valiosa que de los hombres, de eso se trata la aplicación de la política regional de género e igualdad, Ospesca va a la vanguardia de los procesos”.
El director regional de Ospesca reconoce por su parte que “tenemos que mejorar porque tenemos retos, sobre todo desde el punto de vista cualitativo”.
Armando Segura, director ejecutivo de Capenic, detalla que en Nicaragua la participación de las mujeres se centra en dos de los tres componentes del proceso, que son: producción o captura (pesca), industrialización y comercialización. Ellas participan más activamente en las dos últimas ya que en la captura prevalecen los hombres, afirma.
Pero según el directivo del Sindicato de Buzos y Marinos (Sibumiraan), en Bilwi, Puerto Cabezas, “el próximo año iniciará el proyecto acuicultor (gubernamental), donde unas 1,500 mujeres podrán cultivar camarón, pepino de mar, langosta y tilapias, de esa manera podrán ayudar a sus familias. Históricamente en la Costa solo el hombre trabaja pero a como está la situación, ya no es suficiente”.
Según el anuario estadístico 2015 del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), de un total de 6,508 asegurados activos en el sector pesquero, 1,833 son mujeres (28.16 por ciento).
PREPARAN TRANSFORMACIÓN
El director regional de Ospesca manifiesta que desde ese organismo buscan crear oportunidades para las mujeres pescadoras, para que al igual que los hombres se puedan desempeñar en los distintos ámbitos del sector. “En el desarrollo de investigaciones científicas, en los cargos directivos, en los cargos decisorios, bajo esos pensamientos están líderes, para sacar las propuestas que puedan llevarse a los gobiernos para que en el sector pesca y acuicultura haya todo un concepto de género más definido que el que tenemos”.
Por su parte la secretaria general del SICA destaca que el trabajo con las mujeres inicia desde el empoderamiento económico, que logren identificar su aporte con el trabajo que realizan.
“Todos los países han aportado en la equidad de género y han hecho sus propios esfuerzos, pero Costa Rica y Nicaragua están haciendo una labor digna de imitar de los otros países, vemos mujeres en espacios que antes eran de hombres, eran tradicionalmente masculinos y las mujeres lo han hecho con mucho éxito”, sostuvo la secretaria del SICA.
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Mujeres y la pesca
En la región centroamericana, la pesca artesanal es donde se desarrolla la mujer casi en la misma proporción que los hombres, sin embargo en la industria el 25 por ciento son mujeres, destaca Mario González Recinos, director regional de la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano (Ospesca).
La participación de las mujeres en el sector pesca y acuícola de Nicaragua alcanza entre el 8 y 12 por ciento del total de personas que ese sector emplea de manera formal e informal.
En el Caribe de Guatemala el 20 por ciento de las mujeres se desarrolla en la pesca, afirma la presidenta de la Red de Pescadores del Caribe de Guatemala.
En Honduras, alrededor de 14 mil pescadores hay en todo el Golfo de Fonseca, incluso hay niños porque la misma pobreza no les permite continuar en la escuela, confiesa Silvia Quevedo, coordinadora del Grupo de Curileros Fe y Esperanza de la colonia 3 de Febrero, en el área protegida Los Delgaditos de Marcovia, en Choluteca, Honduras.
Ventas bajas
Las exportaciones de productos pesqueros fueron menores en 23.3 por ciento con relación a igual período de 2015, “debido a menores volúmenes exportados y menores precios”, según el Informe de Comercio Exterior del Banco Central de Nicaragua, actualizado hasta septiembre pasado