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acceso al agua

Cerca del 30 porciento de la población no tiene acceso a agua para satisfacer sus necesidades personales y domésticas. LA PRENSA/ ARCHIVO

Poco acceso al agua de calidad en zonas rurales

Una mayor cobertura del agua no lo es todo, sino se debe evaluar otros componentes como estacionalidad del suministro, continuidad y calidad. Además de trabajar en aras de un avance en materia de saneamiento.

Un 45 porciento de ciudadanos que habita en 20 municipios rurales del país tiene cobertura de acceso a fuente de agua mejoradas, según detalla el segundo informe sobre el Derecho humano al agua potable y al saneamiento en el ámbito rural de Nicaragua, publicado en septiembre de 2015.

A nivel de cobertura se considera agua mejorada, al agua entubada hasta el lugar de consumo, y como otras fuentes también mejoradas a los grifos públicos, pozos excavados o manantiales protegidos y  captación de agua de lluvia; de estos últimos se alimenta un 38 porciento de la población encuestada.

Sin embargo, el 20 porciento de los hogares utiliza un agua de consumo no mejorado, es decir, que utilizan aguas superficiales, lo cual es más crítico debido al mayor riesgo que representa para la salud.

A juicio de Paloma García, experta en agua y saneamiento, Nicaragua cuenta con un buen marco regulatorio, planes favorables para la promoción y el cumplimiento al derecho humano al agua y saneamiento, pero “lo que hace falta es aterrizar (…) coordinar con todas las instituciones con distintos componentes de responsabilidades”, expresó.

En este sentido, el componente de la accesibilidad física al agua retoma tres elementos claves: cobertura, cercanía y seguridad. Se encontró que una cuarta parte de las familias encuestadas tienen que desplazarse para recoger agua. Dicho recorrido tarda entre cinco y treinta minutos. Es así, que casi una de cada diez familias emplean más de 30 minutos en desplazarse para obtener el vital líquido.

Al desplazarse entra el juego la seguridad, por lo que el 20 porciento de las familias consideran que los caminos no son seguros, y el principal factor es la posibilidad de caídas, contrario a un 80 porciento que si se sienten seguros.

Menos agua para cada persona

Alrededor de una de cada cinco familias encuestadas expresó que tiene un consumo menor de 20 litros de agua por persona y día (lpd), dato que no alcanza la cantidad mínima diaria considerada por la Organización de la Salud (OMS), de 20 lpd.

Se les preguntó a los encuestados cuál era su percepción respecto a la cantidad suficiente de agua, y un poco menos del 70 porciento considera que tiene acceso a agua para todos los usos. No obstante, casi una de cuatro familias encuestadas dijo que solo tiene agua suficiente para beber.

De acuerdo al análisis que hacen los expertos, es evidente que en muchas ocasiones la cantidad de agua consumida en los hogares es insuficiente para algunos usos. Para analizar el criterio de disponibilidad desde una perspectiva del derecho, se tomó en consideración la cantidad en términos de dotación y percepción, usos afectados, continuidad y estacionalidad.

Cerca del 30 porciento de la población no tiene acceso a agua para satisfacer sus necesidades personales y domésticas.

Percepción de la calidad de agua

Alrededor de una de cada cinco familias consideran que el agua que consumen se encuentra contaminada, y piensan que lo esta por heces y otras fuentes  como jabón, basuras y animales muertos. Esto a pesar, que el estudio no comprendió un análisis de calidad, y no se hizo un proceso de recogida del agua.

Este análisis con sus diversos componentes apunta que el derecho humano a agua potable no solo se relaciona con aspectos de cobertura sino con la calidad de la misma, cercanía, disponibilidad, asequibilidad, entre otros.

Y si el agua representa una preocupación el saneamiento esta pendiente y también fue evaluado en el estudio. El doce porciento de las familias tienen que compartir las instalaciones de saneamiento entre varias familias; un tres por ciento emplean letrinas de pozo, sin losa o plataforma (losa abierta), y el siete porciento continúa defecando al aire libre.

Estos datos formaron parte del estudio que toma en consideración 118 indicadores, involucró a 2,400 hogares de 200 comunidades, y contó con el apoyo de  239 Comités de Agua Potable y Saneamiento de Nicaragua.

Margarita Gutiérrez, de la organización Ongawa, explica que existe una preocupación por cumplir con la dotación del servicio (de agua), pero no así con el saneamiento que implica más actividades, que tiene que ver con establecer coordinaciones con todas las instituciones.

“La parte medular es el abordaje que hacemos, desde el abordaje del derecho humano al agua y saneamiento, y de responsabilidad de recursos hídricos. Es trabajar en la cuenca, cómo la protegemos, ya que es la que nos esta produciendo el agua para consumo humano”, dijo.

El miércoles 23 se realizó el primer encuentro con periodistas “Comunicando desde la perspectiva del Derecho Humano al Agua y el Derecho Humano al Saneamiento”, en marco del proyecto “Contribuir al ejercicio pleno del derecho humano al agua y al saneamiento en zonas rurales de nicaragua”, de la Iniciativa Paragua.

Nacionales Agua familia Nicaragua rural archivo

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