Aunque en los últimos meses el crédito personal y el ganadero han “liderado” —según el Banco Central de Nicaragua (BCN)— el crecimiento de la cartera de crédito del Sistema Financiero Nacional (SFN), para los ganaderos el financiamiento sigue siendo escaso y se ha convertido en una de las principales limitantes para el desarrollo del sector.
Hasta septiembre el crédito personal mostró un crecimiento interanual del 31.1 por ciento, seguido por el ganadero, con 24 por ciento, indica el Informe Financiero, publicado por el BCN.
Efectivamente, los reportes de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) reflejan que hasta diciembre 2015 se encontraban vigentes 5,873 créditos ganaderos. En cambio este año hasta septiembre (último mes reportado) se reportaban 8,645 préstamos al sector. Pese al incremento de entregas, estos representan únicamente el 0.6 por ciento de los 1.54 millones de créditos otorgados hasta el noveno mes del año por los bancos y financieras.
Lo mismo ocurre con el monto de la cartera de esos préstamos. Esta pasó de 2,724 millones de córdobas en diciembre del 2015 a 3,135 millones en septiembre de este año. Pero el monto de 2016 representa únicamente el 2.3 por ciento del total de la cartera crediticia del SFN que hasta ese mes era de 136,803 millones de córdobas.
Este incremento en el reporte de los préstamos ganaderos coincide con la incorporación a las estadísticas de la Siboif de dos financieras que destinan buena parte de su cartera a ese sector: Fundeser y FDL.
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Llega solo al 6 por ciento de los ganaderos
“La inyección de capital de la banca privada al sector ganadero es casi nula, no tiene ningún impacto y hasta hoy de la manera que está concebida no es una solución para el mediano y pequeño ganadero que es la mayoría”, asegura el presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Álvaro Vargas Duarte.
El Cuarto Censo Nacional Agropecuario (Cenagro, 2011) refleja la existencia de 136,687 explotaciones agropecuarias con ganado bovino y 261,321 productores individuales. Pero no detalla de este total cuántos productores se dedican a la actividad ganadera.
Uno de los últimos datos oficiales sobre el sector se divulgó en el Plan Nacional de Producción del ciclo agrícola 2011-2012 que reporta la existencia de 135,304 ganaderos, de los cuales 116,867 son pequeños, 11,453 medianos y 6,984 grandes ganaderos.
De acuerdo con estas cifras, los 8,645 préstamos otorgados solo habrían beneficiado al 6.38 por ciento de los ganaderos, y esto en el caso de que cada préstamo fuese otorgado a uno de ellos, pero ese no es necesariamente el caso, algunos podrían recibir más de un crédito y también podrían haberse entregado a cooperativas o empresas ganaderas.
Para Vargas, “desafortunadamente el crédito que otorga el Sistema Financiero solo favorece a los grandes productores, cuya principal actividad es el repasto o engorde de novillos, que dentro del sector es la actividad más fácil pues la inversión se recupera en un año y se puede pagar para recuperar la garantía que debe ser la finca y el ganado, por tanto no provoca ningún impacto en el sector”.
Requieren plazos largos
El resto, “que son los pequeños y medianos y que representan a la mayoría tiene que caer en las microfinancieras que cobran tasas de interés muy alto”, sostiene Vargas.
René Blandón, presidente de la Comisión Nacional Ganadera de Nicaragua (Conagan), coincide con Vargas en que el crédito ganadero sigue sin llenar las expectativas del sector, porque en su gran mayoría es de corto plazo y sigue dirigido a los repastadores o engordadores de novillos, que en realidad lo que reciben son créditos comerciales.
Cuando el sector lo que requiere para crecer en productividad es financiamiento a mediano y largo plazo (entre cuatro y ocho años), con tasas de interés bajo y algunos años de gracia.
“Eso permitiría invertir en la crianza, desarrollo y productividad. Es decir en la compra de crías de buena calidad genética y tener el tiempo necesario para que crezca y comience a producir y luego otro año a más para que comience a reproducirse”, dice Blandón.
El también directivo de Faganic, Solón Guerrero, considera que este esquema crediticio que por años ha obstaculizado el desarrollo de la ganadería en el país es generado por la convergencia de varios factores, entre ellos: los problemas de tenencia de la tierra que enfrentan muchos productores cuyas fincas por falta de escrituras legales no son aceptadas como garantía.
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Actividad es riesgosa
A esto se suma el incremento en los costos del crédito —que se eleva en la medida en que disminuye el monto del préstamo— que es provocado por la lejanía entre las fincas y las sedes de las instituciones.
“Situación que a la vez empuja a las microfinancieras a cobrar tasas de hasta 24 por ciento y que obliga al productor a trabajar solo para pagar los intereses, ya que la ganadería de alta rentabilidad en el país no pasa del 15 por ciento”, sostiene Guerrero.
También, según los dirigentes de Faganic, influye la inestabilidad de los precios de la carne y la leche, que son establecidos a discreción por parte de la industria elevando el riesgo de la cartera. Lo mismo que el temor de algunos ganaderos de exponerse a perder sus propiedades al no poder pagar el financiamiento.
Blandón agrega que el país sigue siendo de alto riesgo y los recursos que llegan vienen con intereses caros. Además, al no contar con seguros que respalden la actividad ganadera esta se eleva aún más.
“Además, esta es una inversión que camina porque el ganado puede cruzar la frontera y eso pone nervioso a los bancos, entonces mientras no se cuente con la garantía de un seguro difícilmente el panorama cambiará”, admite Blandón.
Esquema evita cambios que eleven productividad
Vargas añade que “esto mantiene maniado (limitado) al sector, su crecimiento se ha logrado con fondos propios que no son muy abundantes entonces mientras eso siga así el camino al desarrollo será lento y las mejorías en producción y productividad seguirán siendo escasas”, advierte Vargas.
El esquema de financiamiento que funciona en el país desde hace varios años ha obligado al sector a autofinanciarse, pero para generar un cambio que impacte en la mejoría de la productividad del sector se requiere la suma de las voluntades de todos los involucrados.
Por ejemplo, el Estado poniendo a disposición un banco de fomento, que aunque en teoría existe en la práctica aún no ha demostrado que es capaz de llenar el vacío de financiamiento que enfrentan especialmente los pequeños y medianos productores que “caen en manos de la microfinancieras que más allá de fomentar el desarrollo lo que hacen es subsistir”, afirma Guerrero.
Los dirigentes ganaderos reconocen que para cambiar este esquema crediticio se requiere de “voluntad” de parte de todos los involucrados. “De los productores que ante la inestabilidad del mercado tienen miedo a enjaranarse; de la banca comercial, que en lugar de beneficiar al sector productivo prefiere dirigir sus recursos al crédito de consumo, y del Gobierno con recursos a través del banco de fomento”, reconoce Guerrero.
Hay cambios pero falta
Para el directivo de Faganic, Solón Guerrero, los recientes cambios realizados a lo interno del Banco de Fomento a la Producción (Produzcamos) denotan una diferencia muy palpable en la visión del negocio. “Pero aún no se ha escuchado que haya crecido la colocación de recursos, por tanto se debe seguir trabajando para mejorar el alcance de la institución”. También considera que la escasa disposición de recursos para el sector ganadero por parte de la banca comercial podría solventarse a través del funcionamiento de fideicomisos, “pero ahí tendría que entrar con fondos de garantía a nivel de Gobierno, enfocados en un segmento de mercado específico”, asegura Guerrero.
Gran aporte
En conjunto el sector ganadero aportó en 2015 más de setecientos millones de dólares a las exportaciones del país, según detalla en sus reportes el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).
470.69 millones de dólares generaron las colocaciones de productos cárnicos en el mercado internacional.
201.18 millones de dólares produjeron las ventas de leche procesada y derivados lácteos, entre ellos diversos tipos de queso, crema y mantequilla.
52.20 millones de dólares fue el aporte que hicieron los envíos al exterior de leche fluida.
37.79 millones de dólares aportó el envío de ganado en pie al mercado internacional.