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Ricardo Piglia

Ricardo Piglia leyendo sus diarios en 2014 en Buenos Aires (Argentina) en el documental 327 cuadernos (2015). LA PRENSA/EFE

Ricardo Piglia, escritor, cumplió 75 años mientras lucha contra su enfermedad

El también editor, crítico y, hasta la aparición de la enfermedad, profesor universitario, es autor de un gran número de cuentos, ensayos y de reconocidas novelas de la literatura hispanoamericana

Mientras se rebela contra la “injusticia absoluta” de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que le diagnosticaron en 2013, el escritor argentino Ricardo Piglia cumple 75 años rodeado de amigos y literatura.

“La enfermedad me ha hecho descubrir la experiencia de la injusticia absoluta. ¿Por qué a mí?, se pregunta uno, y cualquier respuesta es ridícula. La injusticia en estado puro nos hace rebelarnos y persistir en la lucha”, dice Piglia por correo electrónico, el único medio que utiliza actualmente para comunicarse con la prensa.

El también editor, crítico y, hasta la aparición de la enfermedad, profesor universitario, es autor de un gran número de cuentos, ensayos y de reconocidas novelas de la literatura hispanoamericana como Respiración artificial (1980), Plata quemada (1997) o la varias veces premiada Blanco nocturno (2010).

La ELA “agravó mi tendencia a no salir de casa”, admite Piglia, quien hace tres años fue diagnosticado con esta enfermedad degenerativa que provoca debilidad muscular progresiva hasta llegar a la parálisis total sin que se vean afectadas la sensibilidad ni las facultades mentales de quien la sufre.

Pese a ello, no se dio por vencido y ahora se apoya en cinco mujeres “encantadoras y muy literarias” que se turnan para ayudarlo a leer y trabajar. De hecho, acaba de terminar un libro de cuentos y tiene a medias otro sobre las novelas cortas del uruguayo Juan Carlos Onetti. Todo ello mientras revisa el tercero y último volumen de Los diarios de Emilio Renzi, su particular autobiografía, de la que publicó el segundo tomo este año.

Piglia reconoce que sin la quietud a la que le condenó la enfermedad nunca hubiera transcrito tantas páginas, ya que lo había intentado varias veces pero siempre le “disuadían” otros proyectos.
“Como dice el resignado dicho popular con su hermética elegancia poética: no hay mal que por bien no venga”, apunta.

La trilogía está contada en tercera persona a través de un personaje frecuente en sus novelas: su álter ego, el autor Emilio Renzi (el segundo nombre y el segundo apellido de Piglia).
A través de él, recorre el medio siglo de su vida que registró en los diarios en los que comenzó a apuntar, redactar y garabatear en 1957, cuando tenía apenas 16 años.

Entonces, la caída del presidente argentino Juan Domingo Perón y la instauración de la dictadura (1955-1958) obligaron a su familia a abandonar su ciudad natal —Adrogué, en la periferia sur de Buenos Aires— para marcharse a la costera Mar del Plata, a 400 kilómetros.

“En medio de la desbandada, empecé a escribir un diario. Por supuesto, no hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia vida. Sin embargo, estoy convencido de que si no hubiera empezado esa tarde a escribirlo, jamás habría escrito otra cosa”, cuenta Piglia en el documental 327 cuadernos, estrenado en 2015.

La película acompaña al autor desde 2012, cuando tras dejar Estados Unidos y regresar a Argentina, comienza a releer los innumerables e idénticos diarios de tapas negras que guardaba en cuarenta cajas de cartón, empujado por el cineasta Andrés Di Tella, al que conoce desde hace tres décadas.

El director de la cinta cuenta en una entrevista con  que debido al “contexto emocional” que tenía que aportar a sus escritos, en el último momento, Ricardo Piglia decidió utilizar a Renzi, ya que, a veces, recurrir a otro ayuda a “hablar con mayor franqueza”.

Cultura escritor Ricardo Piglia archivo

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