Han transcurrido seis días desde que pasó el huracán Otto por el territorio nicaragüense y la tranquilidad aún no llega a San Juan de Nicaragua, la zona más afectada. La preocupación no es porque los vientos destrocen viviendas y árboles, sino por la probabilidad de que haya epidemia y se contamine un pozo.
Es por ello que Aldrick Beckford, presidente del Gobierno Comunal de Greytown y fiscal del Gobierno Rama Kriol (GTR-K), solicitó más apoyo de las instituciones públicas para garantizar la alimentación de los afectados, frenar posibles epidemias y proveer de materiales de construcción para volver a levantar sus casas.
“Ha llegado poca asistencia alimenticia, en poca cantidad. Lo que se necesita ahí es hacer un plan estratégico para podérselo presentar al Gobierno o algunos organismos para poder tener una información más exacta del problema”, sostuvo Beckford.
En el aspecto de las inundaciones, Beckford reconoció que conforme pasan los días van bajando, porque los suelos son arenosos y eso ayuda a absorber el agua, dando lugar a una parte de los habitantes a limpiar sus patios, que hace apenas el fin de semana estaban inundados.
Ecoturismo afectado en la zona
Otro daño que dejó Otto en la zona es en la parte del ecoturismo. Según Beckford, se verá seriamente afectado porque quedó devastada un área significativa: la Reserva Biológica Indio Maíz.
“Nos preocupa porque una de las actividades primordiales es el ecoturismo y al afectarse vemos que muchos recursos naturales, culturales e históricos fueron afectados”, informó Beckford.
Norvin Salomon, presidente de la comunidad de Indian River, dijo que antes de Otto contaban con cabañas para que los turistas se hospedaran, en el llamado ecoturismo comunitario, pero que ahora es imposible ya que estas quedaron destruidas.
“No hay casas en buenas condiciones, no hay alimentos para compartirlos con ellos”, añadió Salomon.
Emergencia nacional se mantiene
El Gobierno de Nicaragua mantiene la emergencia nacional, decretada a causa del huracán Otto el mismo día que ocurrió un terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter, cuyo epicentro fue en el Pacífico, el jueves 24 de noviembre.
El fuerte sismo fue sentido en varias partes del país, incluyendo Managua, donde hubo evacuación de edificios.